El fin de semana llenó de alegrías al deportista australiano, no solo en rugby, ya que todo el mundo resaltó la victoria del ciclista australiano Evans en el Tour de France.
Pero enfocando en el deporte que nos apasiona, el rugby del Tres Naciones abrió con una esperada victoria de Australia sobre un seleccionado sudafricano que no llegó con lo mejor que tiene para esta competencia.
En la previa del partido ya habíamos mencionado que Australia quería mostrar su rugby creativo y de ataque. También decíamos de la confianza que se tenía el equipo visitante y que la clave pasaba por imponer rigor físico sobre el rival. Ganó el mejor, el que hizo sentir su presencia en toda la cancha por los 80 minutos y la confianza de los boks se diluyó pronto, tan pronto como que a los 10 minutos ya tenían dos tries en contra para remontar. El 39-20 del final es fiel testigo de las diferencias en cancha.
Antes de empezar, mientras calentaban los equipos tomé nota de algunos detalles. El piso estaba algo blando por el agua caída en la semana y la pelota muy resbaladiza y pensaba que eso no sería bueno para el juego rápido de los wallabies. También noté el alto porcentaje de aciertos en los tiros a palos de los sudafricanos, por ahí ellos esperaban cancha pesada y patear muchos penales. Pero lo mas interesante fue ver a Robbie Deans, el entrenador de los wallabies corriendo con la pelota mezclado entre sus jugadores. Es que Deans hacía de Morné Steyn en un ejercicio de defensa. Remarcaba la concentración en la toma de marcas, y exponía el error cuando veía un claro. Gran jugador Robbie, con traje y todo, iba al contacto como en su buenos tiempos.
A que viene todo este cuento, es que mi opinión y mas allá del excelente juego de ataque de Australia, la clave del partido pasó por la defensa y la presión con la que Australia ahogó el trabajo de Pienaar y Steyn. Los wallabies sin la pelota, dejaron casi sin opciones de ataque a los boks. Con esto quiero decir que para nada vimos un Sud África de segundo nivel, claro que no fue el mejor XV, pero fue un equipo de Test Match que se vio superado por un equipo de actitud superior; los wallabies ganaron el postackle y el contra ataque, solo bajando el nivel cuando todos los suplentes entraron en cancha.
Ya sabemos a esta altura que la línea de backs de Australia aterroriza a los estrategas de defensa. El talento de una pareja de medios bien aceitada tras ganar el Super Rugby, con Genia y Cooper sincronizando en WiFi, y sumando a O’Connor, Beale, Ioane, Ashley-Cooper… bueno, en realidad sobra el talento en un plantel que descartó un Giteau y otros tantos backs que tuvieron buen año en el Super Rugby. Los forwards tampoco fueron menos, y dominaron en fijos y formaciones móviles, pero lo que me pareció destacable fue el perfil bajo, humilde, de estos forwards que además de tacklear y recuperar, hacen tries como el de Moore y Alexander, uno de los jugadores mas aplaudidos al final del partido por los 52.788 fanáticos que asistieron al ANZ Stadium de Sydney. Felicitaciones a Deans y su equipo de coaching, la victoria confirma al gran candidato que es Australia.
En los Springboks, para destacar que su capitán John Smit cumplió 103 partidos, un importante logro que fue adornado por buen Try del veterano jugador de Sharks. También que si no mejoran, se les viene una noche negra cuando enfrenten a los All Blacks en Wellington.
Oscar Jimenez
corresponsal Australia
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