A Mario Ledesma ya casi no le alcanza la humanidad para darle cuerpo a todos sus sueños. Él, sin embargo, pone el lomo y, a los 38 años, hace el último esfuerzo.
Esos 183 centímetros esconden miles de genes de garra. Como si estuviese en un maul, el ‘Bocha’ aún empuja y empuja y usa la cabeza: sabe que sus 110 kilos de experiencia son el pedazo de historia más integro. Ese que tanto necesitan Los Pumas para apostar a la transición y despertar en el Mundial.
“¿En qué no nos gana nadie? Lo que nos envidian los otros países es lo mucho que queremos la camiseta. En esta era profesional del rugby, nosotros todavía le damos un sentido patriótico, tema que no pasa en cualquier país. Ahora con la Copa muchos se enganchan, pero nosotros no jugamos para esa gente sino que luchamos para el ‘metro’: la familia, los amigos, los clubes, y los fanáticos”, se entusiasma Ledesma a sólo 23 días del comienzo de la Copa del Mundo. Habla en el auditorio del hotel Hilton, agarra el mapa y hace escala en varios temas. Tiene la mira puesta en Inglaterra, el primer rival en el Mundial, el 10 de setiembre, en Dunedin, pero antes empieza por el test match de este sábado, ante Gales, en el Millennium, a las 10.30 de la Argentina.
“Gales está fuerte en defensa, es el partido más dificil, ese que necesitábamos para sacarle todo el jugo, para poder saber dónde estamos parados. A ellos se le lesionaron Matthew Rees y Gavin Henson, pero Henson es un invento porque tienen mejores centros que él. A lo que iba es que jugar a tan poco del Mundial es un riesgo que tomás, pero también te podés romper en cualquiera de los entrenamientos”, apunta.
Ledesma, que sabe por diablo pero que más sabe por viejo, busca una necesidad para activar el chip de la motivación. “Que de afuera nos den palos me parece buenísimo, que Inglaterra llegue como hiper favorito y que nos digan que nos van meter 40… Está claro: lo mejor que nos puede pasar es que nos subestimen desde afuera”, dice, entonado, y no desafina su postura: “Lástima que no le ganaron a Gales (Inglaterra perdió 19-9) así llegaban más creídos, je”. Así y todo, aclara: “Los tipos (por los ingleses) creen que tenemos muchos puntos débiles, y algo de razón tienen, porque si miran nuestro ciclo de cuatro años, en verdad que no fue bueno, pero ojo que muchas veces pasa que se la creen y le podés dar un ‘sorpresón’.
Su jocosidad surge por generación espontánea, no se aguanta e interrumpe para gritarle al ‘Melli’ Contepomi, “¡Retirate, Felipe, estás hecho pelota!”. Ledesma, que no sólo es el más veterano del plantel sino que también es un año mayor que el head- coach Santiago Phelan, analiza, con visión de técnico el presente y futuro de Los Pumas. El hooker, que por ahora está sin club, dice que deja la “2” en buenas manos de Agustín (por Creevy), aunque al instante da una puntada: “Lo mejor sería que no haya uno solo para el puesto, tampoco que se presten la camiseta, ja, pero sí que haya dos o tres que la peleen, que cueste un Perú ganársela y guardársela”.
La charla se escabulle, y Ledesma habla de que cuando está cerca del fin, vive todos los últimos partidos con mucha intensidad. Recuerda cuando jugó con Phelan, en el triunfo -el último de los Pumas en este suelo- en 1999. Certifica que rinde más exámenes que los pibes porque “con mi edad todos me tienen a prueba”. Y otra vez, se lamenta por ese eslabón perdido. “En el rugby argentino hay algo que falta: recambio. Yo, por ahí, no debería estar jugando, me tendrían que haber echado a patadas los pendejos. Me parece que con todo este tema del Pladar se va a solucionar. Yo le llevó 12 años al otro hooker (Creevy), Felipe 12 al otro diez (Nder: 11 a Nicolás Sánchez), el bache ese no tiene que existir, sería mucho más piola que todas las camadas estuviesen representadas”. Cierra Ledesma y se va, mientras sigue con su oficio; tacklear al paso del tiempo.
Clarín.com
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