Cuando Australia afrontó la final de la Copa Mundial de Rugby 1999 en Gales, seis palabras centraron la motivación de los jugadores: nuestro destino está en nuestras manos.
En la previa del torneo que se disputó en Reino Unido, Irlanda y Francia, los medios australianos le pedían a su selección que “traigan de nuevo a Bill”, apodo que le habían dado a la Copa Webb Ellis. Si bien esta idea estaba más en los titulares de la prensa que en los propios jugadores y el seleccionador Rod Macqueen, el plantel tomó la decisión de no volver con las manos vacías y colocaron un cartel con esas seis palabras en el vestuario antes de cada partido.
“Era nuestro objetivo y queríamos estar seguros de que estábamos preparados, nos habíamos concentrado para ello durante los últimos dos años y la Copa Mundial de Rugby era nuestro destino”, afirma Macqueen, actualmente al mando de los Melbourne Rebels del Super Rugby.
Pese a que siempre se enaltecieron a las arengas y a salir a la cancha ”dispuestos a todo” en pos de la victoria, el rugby moderno recompensó a los que preparaban meticulosamente cada encuentro. Como también a los que contaban con jugadores que mantenían la cabeza fría en los momentos más cruciales. Ambas cualidades fueron patentes en la semifinal disputada en Twickenham contra Sudáfrica cuando el partido llegó al tiempo suplementario. Stephen Larkham rompió el empate con un drop y Matt Burke certificó la victoria con un penal para ganar 27 a 21.
“Teníamos muchos líderes – Tim Horan, John Eales, George Gregan y Stephen Larkham por citar algunos. Tim Horan, en particular, era siempre un jugador fiable en los grandes partidos. Matt Cockbain era otro. La gente recuerda la final y se rememora el gran try de Owen Finegan, pero fue Matt Cockbain quien quebró la marca y sabíamos que nos garantizaría la pelota en el ingoal”, comenta Macqueen.
El camino a Nueva Zelanda 2011
Los Wallabies son uno de los principales favoritos para llevarse la RWC 2011, junto a los anfitriones, Nueva Zelanda, y en caso de ganarla los transfomaría en en el único equipo en tener tres títulos en la Copa Mundial de Rugby. No obstante, su preparación está siendo irregular, con derrotas frente a Samoa y Nueva Zelanda, ambas antes de anunciar la lista de convocados en la que se dio a conocer al nuevo capitán, James Horwill.
Macqueen advierte sobre las lecturas que se hacen sobre estos resultados. “Cada partido previo a la Copa Mundial era una prueba para nosotros. Las RWC se basan en alcanzar la mejor forma en el momento adecuado”.
El primer desafío con el que se encontraron los australianos en el título de 1999 fue la falta de paridad en los duelos de la primera fase, en donde ganaron todos sus partidos por más de 20 puntos de ventaja. “Era siempre una preocupación (no tener rivales más parejos) pero lo que hacíamos era olvidarnos del resultado y analizar nuestro juego desde nuestro nivel de exigencia”, dijo Macqueen.
Cuando Australia se clasificó para la final de 1999, todos creían que se enfrentaría a su vecino del otro lado del Mar de Tasmania. Sin embargo, Nueva Zelanda fue sorprendentemente eliminada por Francia y el entrenador tuvo que cambiar la preparación de cara a quien sería su rival en la final a disputarse en el Millennium Stadium de Cardiff.
“Fue una sorpresa (la victoria francesa) porque ya anticipábamos que nos enfrentaríamos a los All Blacks”, señala Macqueen.
“Fue un problema para nosotros porque no sabíamos mucho acerca de ellos y éramos un equipo que primaba la preparación en cada partido”.
Los Wallabies derrotaron al XV del Gallo por 35 a 12, convirtiendo al capitán John Eales (que jugó en la final de la RWC 1991 ante Inglaterra) en uno de seis jugadores junto a sus compatriotas Tim Horan, Jason Little, Dan Crowley y Phil Kerns, además del sudafricano Os du Randt, en ganar dos Copas Mundiales de Rugby.
Para Macqueen alzar la Copa Webb Ellis significó uno de los momentos más destacado de su carrera como entrenador, en los que incluye el título en el Tres Naciones y los triunfos sobre los British & Irish Lions. “La Copa Mundial de Rugby es la cima”, destaca Macqueen. “Convertirte en el mejor equipo del mundo, junto a grandes jugadores con los que llegas a tener una estrecha relación, es algo grande”.
A quien seguir en esta RWC
Macqueen destaca al medio Will Genia y el apertura Quade Cooper como los jugadores que liderarán las opciones de Australia en 2011 y afirma que la copa no se mudará de hemisferio: “El estado de forma de los equipos del hemisferio norte es irregular. No hay una selección que sobresalga. En este momento, creo que quien la gane pertenecerá al hemisferio sur”.
“Dan Carter jugará un rol importante en los All Blacks. Este año se han preparado y cuentan con un plan B e incluso un plan C. Sudáfrica cuenta con la experiencia de algunos veteranos y el factor sorpresa de sus jóvenes jugadores”.
Macqueen pondrá especial interés cuando Australia se enfrente a Rusia por el Grupo C, ya que el segunda línea de los Melbourne Rebels, Adam Byrnes, jugará para los Osos, mientras que Nick Phipps estará con los Wallabies.
El entrenador también habló acerca de Samoa, que le ganó a Australia en julio y se enfrentará a Sudáfrica, Gales, Fiji y Namibia por el Grupo D. “Tienen un buen equipo. No ganarán la Copa Mundial de Rugby pero sorprenderán a más de uno”.
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