La pulseada entre los entrenadores, la prensa y la opinión pública no conoce fronteras. Tras el anuncio del equipo de Escocia, que enfrentará a la Argentina, el entrenador del Cardo, Andy Robinson, reconoció que muchas veces fue tildado de “aburrido” por los periodistas, pero que eso es relativo.
En un sentido parecido, el mismo técnico de Los Pumas, Santiago Phelan ha recorrido un duro proceso con el seleccionado argentino, donde cosechó más derrotas que triunfos en su tiempo al frente de la conducción del equipo. “Aburrido” no fue precisamente lo que le señaló últimamente la prensa – y por ende la opinión pública- de su país, que hasta antes del inicio de la Copa del Mundo, lo tuvo a mal traer por los malos resultados.
Lo cierto es que este juego de presiones, parece ser una epidemia que riega a varios equipos en Nueva Zelanda.
Resultado vs. Espectáculo
El punto de Robinson es muy claro. El amable técnico que estuvo al frente de Inglaterra durante el período 2004-2006 sufrió las presiones de la prensa inglesa, algo que no caracteriza a los periodistas de Escocia.
“No se trata de ser aburrido o no, sino de saber cuándo, contra quién y qué circunstancias tirar la pelota hacia afuera y utilizar los corredores”, señaló el asistente de Clive Woodward cuando la Rosa consiguió la Copa Mundial de 2003.
“Argentina maneja muy bien los tiempos y hacen un juego lento, que es favorable para ellos”, especificó el entrenador y agregó: “a Sudáfrica también le han remarcado un juego aburrido, pero ellos saben cuando acelerar y los resultados están a la vista”.
No hace mucho tiempo atrás, Mario Ledesma, el hombre más experimentado en el rugby internacional argentino enfatizó que “si a Inglaterra hay que esconderle la pelota durante todo el partido para ganarle, lo vamos a hacer”, en la previa del choque inaugural entre Los Pumas y los británicos.
Ganar antes que nada
El dilema no es nuevo y cada postura es válida. Seguramente, periodistas y público en general prefieren el espectáculo, los tries y el “rugby champagne”, algo así como el “jogo bonito” en el fútbol. Pero está claro que en una Copa del Mundo, los técnicos se inclinan por los resultados, y si el precio a pagar para conseguirlos es ser catalogados de “aburridos”, bien vale la pena pagarlo.
Ni siquiera en la previa ante Rumania, el equipo más débil del grupo, los entrenadores amenazaron con un juego abierto. “Si las condiciones climáticas lo permiten jugaremos por afuera, sino conservaremos la pelota”, había comentado Santiago Phelan antes del choque con los rumanos en Invercargill, donde finalmente Argentina marcó seis tries, en su mejor producción en la RWC 2011.
Robinson dijo que “Phelan ha hecho un gran trabajo con Argentina en esta Copa del Mundo, teniendo en cuenta cómo llegaron” y agregó que “Los Pumas en un buen día, le pueden ganar a cualquier equipo”.
Las estadísticas señalan que de los 22 partidos que lleva Robinson al frente de Escocia, ganó 12 (dos en esta RWC), perdió nueve y empató uno. Claro que en el último Seis Naciones, sólo le ganó a Italia.
Del otro lado, Phelan carga con 21 test matches al frente de Los Pumas, de los cuales festejó siete victorias (una en esta RWC), y cayó en 14 oportunidades.
Escocia y Argentina se juegan el pase a cuartos de final, y mucho más que eso. Para ambos técnicos podría significar borrar todo lo conseguido hasta el momento, y que sus curriculums cierren con un “pasó la primera fase en un Mundial”, algo que parece ser un estigma que muchos no pueden superar.
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