El natural relevo de camadas suele ser un hecho traumático en varios equipos. También lo fue para Los Pumas de aquella “generación de bronce” que brilló en Francia 2007, pero si el Mundial de Rugby de Nueva Zelanda fue positivo en algún sentido para Argentina, ese fue en la aparición de figuras jóvenes, que hicieron del torneo un importante piso para el futuro de sus carreras.
Hace cuatro años, cuando hombres de la talla de Agustín Pichot, Gonzalo Longo, Omar Hasán o Ignacio Corleto, se fueron del equipo argentino, hubo un duro proceso para conseguir relevos de jerarquía. Las distancias entre los “viejos” y los “jóvenes” parecían insalvables. De hecho, Argentina llegó a Nueva Zelanda con más dudas que certezas en varios de sus puestos clave.
Los 30 titulares
Cuando Phelan nombró su XV inicial ante Inglaterra, había un sinnúmero de posibilidades para cada puesto. Nadie tenía “la camiseta comprada”, algo que finalmente fue una grata realidad del equipo argentino.
Las lesiones y diferentes adversidades hicieron que cada jugador sea imprescindible, y a pesar de muchas veces no tener la chance de jugar, la experiencia adquirida tiene un valor intangible que brindará sus frutos en el futuro.
Lo cierto es que Argentina ya tiene confirmado el retiro de Mario Ledesma y posiblemente el de Martín Scelzo. Rodrigo Roncero, Julio Farías, Juan Fernández Lobbe y hasta el mismo Felipe Contepomi, serán otros que posiblemente no lleguen a la próxima cita en Inglaterra.
Pero son muchas más las “altas” que las “bajas”. Esta Copa Mundial de Rugby de Nueva Zelanda puso frente a la máxima exigencia a jugadores que aún están lejos de su techo.
De forwards y backs
La renovación entre los forwards no es algo que se construya de un día para el otro. Sobre todo en la primera línea, quienes junto a la pareja de medios, deben ser las posiciones más difíciles de renovar a nivel internacional.
Pero Argentina confirmó que Creevy está listo para cubrir la vacante que deja Ledesma, y ni qué hablar de Figallo, consolidado como un pilar polifuncional en la primera línea argentina. Ayerza fue otro que se mostró al mismo nivel de los titulares, y si bien Maxi Bustos no tuvo minutos en la cancha, la experiencia que sumó en el plantel, alcanza como un importante aporte para su carrera.
En la segunda línea, Manuel Carizza demostró en el último partido ante los All Blacks por qué fue el elegido para acompañar al consagrado Patricio Albacete, quien ya tiene el rol de líder con estirpe Puma. Otro que estuvo a la altura de las circunstancias fue Mariano Galarza, con un porte internacional que lo pone por encima de Tomás Vallejos.
En la tercera línea, Leguizamón jugó un gran Mundial, como se esperaba, pero la grata sorpresa fue Leonardo Senatore, quien fue de menor a mayor y se anota como relevo de Fernández Lobbe, si es que puede insertarse en el rugby europeo.
Vergallo se afianzó como titular, aunque junto a Lalane y otros medio scrums de Argentina seguirán pugnando por el lugar vacío que dejó Pichot.
El puesto de apertura fue uno de los más controvertidos. La lesión de Contepomi hizo que Fernández tomara el “fierro caliente” y afrontara el reto con una aceptable performance. Sin embargo, el planeta Puma sabe que si Juan Martín Hernández está en condiciones, la camiseta número 10 tiene dueño.
Otra vez en escena
Tal vez uno de las más gratas apariciones fue la de Marcelo Bosch, a quien se le abrió la puerta de la titularidad gracias a la lesión de Contepomi, y se transformó en uno de los jugadores más sólidos del equipo. Aquella promesa de crack que nunca se cumplió por una seguidilla de lesiones, mostró su real dimensión en Nueva Zelanda.
En el mismo nivel, Lucas González Amorosino fue otro que brilló ante la mirada del mundo. El fullback originario de Pucará dejó todos con la boca abierta, tras el try que le marcó a Escocia, cuando el partido se iba. Pero Lucas no solo fue ese try. Su voracidad ofensiva fue una marca registrada, que encontró un gran socio en Juan Imhoff, otro que se anota para el futuro de Los Pumas.
Agustín Gosio y Nicolás Sánchez son otros dos que, a pesar de haber tenido pocos minutos en el Mundial, son jugadores ineludibles pensando en la renovación de los futuros Pumas.
El panorama aparece mucho más claro para Phelan, de cara al futuro. Su posible renovación al frente del seleccionado argentino ya no está bajo discusión, y sería algo –incluso- previsible.
Un buen rendimiento en el Mundial, el ingreso al Tri Nations y la buena tarea de Los Pampas en la última Vodacom Cup conforman un cóctel promisorio, que hace cuatro años era inimaginable. El tiempo dirá si con este panorama alcanza para obtener resultados, pero el camino parece estar más despejado.
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