El padre de Barrie-John Patridge era un fanático amante del rugby que esperaba su séptima Copa del Mundo, cuando murió en agosto, sin embargo eso no impidió que haya visto todos los partidos de Gales en la RWC 2011.
Cuando Barrie-David Partridge, falleció el mes anterior al inicio del torneo, su hijo decidió de inmediato tomar las cenizas de su padre y llevarlas junto a él durante la gira que hizo por Nueva Zelanda apoyando a Gales en cada partido.
Él y su padre ya habían comprado los tickets y reservado el alojamiento para seguir al seleccionado dirigido por Warren Gatland y estaban finalizando sus planes cuando el mayor de los Partrige murió.
“Nunca habíamos hablado sobre llevarlo a todos los partidos de Gales, pero lo hice de todos modos”, dijo Barrie-John.”Pensé que no quería hacer esta Copa del Mundo sin papá porque desde que fui muy chico, siempre fuimos papá, yo y el rugby.
“Este Mundial lo era todo para papá. El rugby fue papá. Él vivió y respiró el rugby y eso me enseñó a hacer. Me hizo un apasionado de rugby. Papá no querría perderse este Mundial y esto es lo menos que puede hacer por él”.
Padre e hijo, por siempre
Barrie-David Partridge, nació en Gales y jugó al rugby durante 20 años. Una lesión en el cuello terminó sus días como jugador en 1986, un año antes de la primera Copa Mundial de Rugby en Nueva Zelanda. La familia Partridge, se trasladó a la tierra de los All Blacks y se establecieron en Palmerston North.
“Él y mi madre me llevaron a mi primer partido en Palmerston North, que fue entre Tonga y Gales”, dijo Barrie-John”. Él decidió eso: voy a ir a todas las Copas del Mundo”. Barrie-David fue a la RWC 1991 en Europa en soledad, pero después siempre lo hizo acompañado de su hijo.
La salud de su padre comenzó a deteriorarse meses antes de la RWC 2007 y su hijo utilizó el torneo como un incentivo para mejorar su salud. Él recuerda que le dijo a su padre: “Vamos papá, tú puedes hacerlo”. Y agregó Barrie-John: “superamos ese momento gracias al Mundial y lo pasamos muy bien en Francia, Gales y Escocia”.
El día que lo sintió en la cancha
Barrie-John llevó las cenizas de su padre a todos los partidos en la primera etapa de Gales, los cuartos de final contra Irlanda, y tiene entradas para el sábado en la semifinal contra Francia.
Recordando el partido de primera fase contra Samoa, dijo que estaba seguro de que su padre había jugado para Gales en esa victoria.
“Lo sujetaba más de lo habitual, y pensaba, ‘Oh no, no pueden hacer esto”. Fue extraño porque cuando empecé a hacer eso, el equipo apareció como nunca. Era casi como si el padre les estuviese dando un impulso adicional.
“Él hubiese estado muy emocionado (por la semifinal), pero hubiera sido también muy prudente porque, al igual que yo, sabemos que tenemos una muy buena oportunidad de ganar, tan buena como cualquier otro equipo. Pero si no ganamos, pensaría ‘estuvimos tan cerca de la final’ “, por lo que estaría muy triste”.
Sobre si Gales derrotará a Francia para avanzar a la final, Barrie-John no duda. “Vamos a estar allí”.
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