Concluida la etapa de amistosos, los Pumas pusieron foco en el debut mundialista ante Les Bleus, que ayer vencieron a Gales (34-7); en el día libre, nadie se perdió el test.
BRUSELAS.- El día amaneció algo brumoso, pero no le quitó el encanto que producen los domingos, siempre especiales, aprovechados muchas veces para el paseo y la distracción, o simplemente destinado a prolongadas reuniones familiares. Un poco de todo eso tuvo la jornada de ayer de los Pumas. Tal vez, como algún jugador insinuó por los pasillos del hotel, sólo faltó un buen asado con carne argentina para que el día libre del plantel hubiese sido completo. Hubo juegos de naipes (la Podrida, es el preferido de los jugadores), visitas turísticas al antiguo campo de batalla de Waterloo, donde las tropas de Napoleón fueron derrotadas por las inglesas del general Wellington, y momentos de relax en la pileta del hotel.
Sin embargo, la calma se interrumpió a la 15.30 de aquí, cuando todos se juntaron a seguir por televisión el partido entre Gales y Francia, en Cardiff. Algunos eligieron verlo en sus habitaciones, y otros lo compartieron en el plasma gigante del lobby del búnker. Para los Pumas, el Mundial ya comenzó y Les Blues , rivales en la inauguración del 7 del mes próximo, están en la mira.
Como era de suponer, nadie se explayó demasiado acerca de lo que había dejado la victoria (36-8) ante Bélgica XV. Todos lo tomaron como un ensayo necesario, que dejó más dudas que certezas, pero que puede leerse como un toque de atención al seleccionado antes de desembarcar en París. Tal vez por eso tanto interés en seguir las acciones de Francia durante el día libre. No hubo elogios desmedidos para el rival del debut mundialista tras su claro triunfo por 34-7 sobre los Dragones Rojos, en el Millennium, donde los Pumas, justamente, habían caído hace dos semanas (20-27). "Los franceses están cada día mejor", reconoció un jugador. "Si quieren que ganen por 40 puntos. Mejor para nosotros. Así llegan más confiados", sostuvo uno de los colaboradores de Loffreda.
El coach argentino observó el test desde su habitación. Según contaron, el técnico nacional fue el que apresuró el regreso de Waterloo para llegar a tiempo al hotel para no perderse ni un minuto del encuentro. "Creo que nos vamos a encontrar con uno de los mejores seleccionados franceses de todos los tiempos. Son fuertes y se equivocan muy poco", destacó el Tano. "Lo de Bélgica ya pasó y fue parte de la preparación. Nuestro partido clave es el inaugural, con Francia. Ese día sí que no podemos fallar y tener errores", dijo Rodrigo Roncero, pilar del Stade Français y uno de los que siguió desde el lobby las acciones que se desarrollaban en la capital galesa.
Durante el transcurso de la semana será el momento en que el plantel realizará un análisis exhaustivo acerca de los defectos y virtudes de Francia. Ya trabajan en eso Nicolás Basdedios Molina, asistente de video, y el inglés Les Cusworth, uno de los ayudantes más importantes que tiene Loffreda. El informe de los colaboradores no sólo incluirá esta última actuación del conjunto de Bernard Laporte, sino que abarcará otros partidos en los que se destacará lo bueno y lo malo que tiene el rival del debut.
El ajedrez táctico es un punto valioso en la previa a los grandes choques. Al seleccionado todavía le quedan cuatro días más de trabajo en esta ciudad. Los entrenamientos comenzarán a ser más livianos, algo necesario para descargar tensiones y llegar al 7 del mes próximo en condiciones ideales, según explicó el preparador físico Ignacio Fernández Madero. Los Pumas practicarán en el campo de deportes de la Universidad de Bruselas hasta pasado mañana, cuando los jugadores quedarán licenciados hasta el 1 de septiembre, el día en que se producirá el desembarco argentino en París.
Por Nicolás Balinotti