Hace veinte años los jugadores de Nueva Zelanda se convertían en los primeros en la historia en ganar la Copa del Mundo de Rugby al batir a Francia en el Eden Park de Auckland.
Hace veinte años los jugadores de Nueva Zelanda se convertían en los primeros en la historia en ganar la Copa del Mundo de Rugby al batir a Francia en el Eden Park de Auckland, y como no podía ser de otra manera se volvieron a juntar en el mismo lugar al cumplirse el vigésimo aniversario.
Los All Blacks ganadores con David Kirk a la cabeza aún son considerados por muchos como el equipo más grande agraciado con una Copa del Mundo y, en un país privado de éxitos en el máximo evento desde aquella época, ahora son considerados iconos nacionales.
Es la primera vez que se realiza una reunión oficial de todo el equipo de los All Black desde 1987, le dijo Kirk a Total Rugby. Por supuesto que nos vemos por un motivo o por otro de forma bastante regular en todos los Test matches pero resulta bastante difícil ahora que muchos de ellos están viviendo en el Reino Unido y en otras partes del mundo.
Por no haber ningún precedente el primer torneo fue un asunto relativamente subestimado. Ninguno de los aficionados, administradores o inclusive de los jugadores sabía a ciencia cierta qué iba a ocurrir cuando se celebró la ceremonia inaugural en el Eden Park que se constituyó en el heraldo de una nueva era del Rugby Mundial.
Lo grande fue el armado de la competición, dijo el ex pilar Steve McDowell. Todo era nuevo y fresco, no había ningún tipo de medida para nada de modo que teníamos que abrir el camino para ese particular torneo.
Finalmente resultó la obra de arte de John Kirwan en el primer partido que señaló el comienzo del evento. El apertura Grant Fox terminó con una marca personal de 126 puntos, pero nada es comparable con la corrida solitaria de Kirwan de toda la cancha para asestar a Italia un golpe en un solo acto, que imprimió vida a la incipiente Copa.
La Copa del Mundo vio la vida cuando John marcó ese try, dijo Fox. Y luego entramos un poco en funcionamiento y la gente pensó puede que este no sea un torneo malo.
Después de ese triunfo inaugural contra Italia, los All Blacks mejoraron cada vez, y no había equipo capaz de manejar su estilo de ataques implacables.
Eso es lo que el equipo hizo, dijo el centro Warrick Taylor. Tenía un gran don, teníamos definidores de partidos como JK (John Kirwan) y todos trabajábamos tan bien juntos que de ese modo complementábamos los estilos de cada uno.
En la final, Francia llegó a estar tan cerca de los All Blacks en el resultado como nunca nadie había estado: igual perdió por 20 puntos. En calidad y dedicación, Nueva Zelanda simplemente se despegó del resto del mundo. Esto es historia familiar en las Copas del Mundo de épocas recientes, pero ese éxito resultó ser un hito para las generaciones posteriores.
La expectativa local puede llegar a ser sofocante y, en su carácter indiscutible de equipo número uno del mundo, la presión sobre los hombres de Richie McCaw que van a participar en la Copa del Mundo de Rugby es inmensa, pero Kirk tiene confianza en la clase 2007.
Tengo grandes esperanzas, dijo. Creo que el equipo está bien preparado, es un equipo de calidad, está bien dirigido, bien capitaneado y bien liderado de modo que las posibilidades son suyas. Pero hay que concretarlo cada día, de modo que no hay garantías de nada.
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