Rosario jugará el domingo una nueva final en el Campeonato Argentino. Está ante una nueva oportunidad y llegó al partido decisivo por la pelea por el título después de recorrer un duro camino, poniendo cuerpo y alma. Aferrado a su libreto fue superando rivales.
Rosario jugará el domingo una nueva final en el Campeonato Argentino. Está ante una nueva oportunidad y llegó al partido decisivo por la pelea por el título después de recorrer un duro camino, poniendo cuerpo y alma. Aferrado a su libreto fue superando rivales. El último fue Córdoba, precisamente el mismo que tendrá enfrente en la final.
Simón Boffelli es uno de los hombres con más experiencia en este plantel. Al referirse al hecho de enfrentar al mismo equipo en apenas ocho días tildó al partido de “raro” y aseguró: “Lo que sí es seguro es que no será lo mismo que el sábado pasado”.
Al argumentar esta afirmación, el tercera línea afirmó: “Se mostraron cosas. Nosotros a ellos y viceversa. Seguramente ambos equipos van a trabajar muchos sobre los errores que se cometieron en el último partido, pero también sobre los puntos fuertes del rival. Jugar dos veces en ocho días le quita al partido un poco de sorpresa, pero para nosotros eso tiene que quedar en un segundo plano y encarar el partido como lo que es, la final del Campeonato Argentino”.
Volviendo un poco al último partido, Boffelli no cree que Córdoba haya entrado desmotivado, pero reconoció que quizás, inconscientemente, “algunos jugadores, sobre todo los más viejos, se cuidaron” y a la vez afirmó que “la actitud de Córdoba no fue la que nos tiene acostumbrados”.
“De nuestro lado no podíamos no jugarnos el todo por el todo porque teníamos que ganar. Si no era un partido donde nos jugábamos la clasificación, no sé cuántos jugadores de los que estuvieron en la cancha hubieran jugado”, especuló.
Con estos antecedentes, el tercera línea de Duendes auguró un encuentro tremendo, un choque de alto voltaje: “Estoy convencido de que el domingo será un partido muy difícil que se definirá en el punto de contacto. Será más agresivo, una dura batalla por el lado de los forwards y en el centro de la cancha también. Particularmente pienso que van a querer cerrar el juego y exprimir al máximo el scrum”, continuó.
Al referirse al largo camino que lo depositó en la final, el forward enfatizó: “Rosario siempre supo a qué jugaba. No tiene puntas rápidas ni jugadores desequilibrantes, pero tiene mucho amor propio y se conocen mucho. Conocerse es la mejor ventaja que tiene el equipo. Así sabés tus limitaciones para disimularlas y explotás tus virtudes al máximo. Si lo tengo que definir, diría que el sacrificio y la entrega de este equipo son las marcas más salientes. Les ganamos a la Urba, Tucumán y Córdoba, y eso no es poco. Sería bueno coronarlo con un campeonato, pero todos sabemos lo difícil que es esto”.
El domingo se espera una gran marco de público para presenciar la final, algo que el Pumita campeón del mundo en 1997 también evalúa: “Si lo que hicimos hasta ahora sirvió para que la gente se acerque a la cancha, bienvenido sea. Lo único que espero es que después no se olviden, y que más allá de lo que pase el domingo, el año que viene vengan a apoyar de entrada al seleccionado porque, sinceramente, hace mucha falta”, concluyó.
Por Pablo F. Mihal / Ovación
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