La sexta Copa Mundial de rugby debe ratificar a Nueva Zelanda como el equipo más fuerte del planeta tras sortear la tenaz oposición de Sudáfrica, Australia y la anfitriona Francia.
LONDRES (AP) – La sexta Copa Mundial de rugby debe ratificar a Nueva Zelanda como el equipo más fuerte del planeta tras sortear la tenaz oposición de Sudáfrica, Australia y la anfitriona Francia.
Y también demostrará que en el rugby no existe la paridad global que cree tener.
Aunque los dirigentes se enorgullecen de que el deporte se dispute en Norte y Sudamérica, así como algunas partes de Africa, Asia y Europa, la calidad de seleccionados como Namibia, Portugal, Japón y Georgia indica que están a años luz de complicar a las potencias. La cruda realidad es cada vez más se rezagan. Incluso, el actual campeón se está quedando atrás.
Inglaterra puso fin a la supremacía del tridente Nueva Zelanda-Australia-Sudáfrica con su conquista en el mundial del 2003, ni más ni menos que en el terreno de ellos.Pero Inglaterra ha declinado ostensiblemente tras su electrizante triunfo sobre Australia en un alargue en Sydney y se antoja harto difícil que se pueda convertir en el primer país que revalide el título.
En cambio, Francia –segundo en dos ocasiones– se perfila como el candidato más fuerte dentro de las Seis Naciones frente a los tres países del hemisferio sur que han acaparado las demás coronas.
Australia es el único equipo que ha salido campeón dos veces (1991 y ’99), Nueva Zelanda conquistó la primera edición hace 20 años y Sudáfrica atrapó el título como local en el ’95. El campeón debe salir de entre esos cuatro.
Nueva Zelanda es el gran favorita y cuenta en su filas con el mejor jugador ofensivo del momento en el flyhalf Dan Carter. Pero los All Blacks tiene una reputación de desinflarse una vez llegan a la Copa Mundial.
Sudáfrica ha salido de una prolongada mala racha y se ha renovado, mientras que Australia cuenta con un equipo muy completo, aunque muchos que están a punto de retirarse.
Francia también se ha armado bien pero es un equipo errático, y su técnico Bernard Laporte es un enigma con sus inesperados cambios de tácticas y jugadores.
Si Inglaterra aspira a ser protagonista, dependerá en demasía de la precisión del pie de su flyhalf Jonny Wilkinson, y defenderse con 10, para llegar a las semifinales.
El partido Irlanda–Argentina en París deberá definir cuál de los dos integrantes del Grupo D avanzará a los cuartos de final, y algo similar ocurrirá con el Escocia-Italia en Saint-Etienne por el C.
Si Gales se desempeña de acuerdo con su potencia, goza de una excelente posibilidad de entreverarse entre los últimos ocho junto con Australia, favorita del Grupo B.
Aunque 20 equipos participarán del torneo que se disputará entre el 7 de septiembre y 20 de octubre, fueron divididos en cuatro series en las que los favoritos seguramente acumularán victorias con marcadores abultados para acceder a los cuartos de final. Un ejemplo de lo que puede pasar fue el triunfo de Australia por 105-13 ante la debutante Namibia en un partido amistoso.
Cómo se perfila el torneo, y si la lógica se impone, los cuartos de final serán así: Australia-Inglaterra, Nueva Zelanda–Argentina/Irlanda, Suáfrica-Gales y Francia-Escocia/Italia.
En semifinales, Nueva Zelanda enfrentaría ya sea a Australia o Inglaterra, mientras que Sudáfrica lo haría con Francia en la otra.