El cambio de mando en la selección es una cuestión sobre la cual no hay ni mínima insinuación. Como en ello mucho tendrá que ver lo que piensen las nuevas autoridades de la UAR, en la cual habrá elecciones el mes próximo.
ENGHIEN-LES-BAINS – El cambio de mando en la selección es una cuestión sobre la cual no hay ni mínima insinuación. Como en ello mucho tendrá que ver lo que piensen las nuevas autoridades de la UAR, en la cual habrá elecciones el mes próximo, nadie puede asegurar qué puede ocurrir con los Pumas una vez que caiga el telón de la Copa del Mundo.
Sin embargo, Loffreda, por conocimiento y por experiencia, se permitió hacer algunas referencias sobre el cuadro de situación: "Me parece bien que se haga algo bastante reflexivo en cuanto a cómo manejar la sucesión. Por el lado de los jugadores, queda un grupo muy consolidado y con las cosas bien, bien claras de cómo manejarse dentro de la cancha y de las cosas que se pueden hacer fuera de ella. Lo que ocurra va a depender de la nueva conducción, pero por los jugadores está perfectamente sustentado. Y, por más que nunca se haya hecho, me parece que para tomar esta decisión se debería buscar una consulta entre los jugadores más experimentados. Habrá que pensar muy bien quién puede hacerse cargo de los Pumas. Y no va a ser fácil".
-¿Creés que el cargo debe ser para algún extranjero, con experiencia en el nivel profesional, o puede ser del medio local? Esto pensando en Les Cusworth, como un posible candidato.
-No sé si podemos centralizar todo en una sola persona; no sé si están dadas las características para que alguna persona, algún argentino, pueda tener el conocimiento, de acuerdo con nuestra idiosincrasia, para responder a las necesidades de un equipo profesional. Pero tampoco tiene que recaer esa función en un entrenador, puede ocuparse un manager. Lo que sí me parece que es importante, es que el entrenador que se elija tenga ascendencia sobre los jugadores y respeto por ellos. Ese debería ser un punto importante a tener en cuenta, porque va a empezar sumando.
-¿Qué nombres se te ocurren como posibles reemplazantes?
-No, nombres no me gusta dar. Pero, por ejemplo, Banana [por Daniel Baetti, su colaborar directo] sería una persona ideal para asesorar, para ayudar.
-Pero en 2003 lo tuviste que convencer para que siga cuatro años más, ahora no va a querer.
-Si él no quiere estar involucrado directamente, que esté al principio para transmitir la experiencia, para de poco hacer el traspaso. Banana , como colaborador,podría darle al nuevo técnico algunos tips [claves]; él, como se queda en la Argentina, sería una pieza fundamental para la nueva gestión. Igualmente, yo voy a estar disponible si es que quieren contactarse conmigo; no es que se cierra una cortina y me olvido de todo.
-¿A alguno de los jugadores, que participaron de estos ocho años, por ejemplo, Santiago Phelan, le ves condiciones para ser el entrenador?
-Absolutamente pueden ser algunos de los que están en este plantel o de los que ya no están. Podrían serlo perfectamente. Pero ya te digo, es esencial que conozca lo que es la experiencia profesional, porque hay detalles del día a día que nadie se imagina. Eso sólo lo conocés si lo viviste. Por ejemplo, las cosas que tienen que ver con la organización están íntimamente ligadas con el humor de los jugadores, y si vos tenés a un jugador de mal humor en un entrenamiento, entonces, no va a trabajar bien. Y tampoco va a llegar en condiciones al partido. No te digo que sean secretos, pero sí son detalles que hacen a este nivel de competencia y que todos los entrenadores de este ámbito conocen bien. En definitiva, es lo que empieza a marcar diferencias entre los equipos.
Fuente: La Nación.com.ar