El coach argentino se mostró orgulloso porque los Pumas tuvieron posibilidades de pelear por el título, pero advirtió que se llegó más lejos de lo que se presumía por la estructura de nuestro país. “Se dio una sucesión de partidos (ocho), que no tenemos ni en un año; en algún momento el equipo iba a tener una situación en la cual no encontrara respuestas”, dijo
ENGHIEN-LES-BAINS.- El sol del mediodía invitaba para la serena distensión, con reflexiones compartidas entre sus colabores y su esposa, Dolores, con una ronda de mate de por medio en la explanada del Grand Hôtel Barriére. La vorágine de la competencia no le había permitido hasta aquí entregarse a una pausa semejante, pero tampoco dejarse embargar por la inquietante sensación de que falta poco para que todo se termine. Luego de ocho años de una dedicación de profundo compromiso, se aproxima la hora de la despedida para Marcelo Loffreda, de 48 años, como entrenador de los Pumas. La pulseada-desquite de pasado mañana con Francia en el Parc des Princes, por el tercer puesto de la Copa del Mundo, determinará la conclusión de la gestión más productiva (en todo sentido: por logros y perdurabilidad) de la historia del seleccionado.
A partir del 1° del mes próximo, el desafío del Tano será tomar las riendas de Leicester, el campeón inglés, por dos años y medio, pero ni quiere hacer un comentario demasiado puntual sobre la importante experiencia que lo espera, sino que desea orientar el 100% de sus energías en el test-match N° 72 de su campaña como conductor.
"Recién ahora nos empezamos a dar la posibilidad de hablar de esto, de que es el final. La verdad, vamos a extrañar toda esta gran familia que se formó, el compartir con los jugadores fue muy lindo, muy lindo todo lo que vivimos", expresa, con un dejo de emoción y melancolía, Loffreda en la última jornada libre del plantel antes de la función del adiós. Pero mientras sus dirigidos aprovecharon, junto con sus familias, la magia de EuroDisney para despejar la mente y terminar de digerir el doloroso traspié con Sudáfrica en las semifinales, el técnico argentino se dispuso para analizar el momento de los Pumas, hacer un recorrido por distintos temas de su gestión y el futuro. En un encuentro ameno estas fueron los comentarios más destacados del coach:
El análisis de la caída ante Sudáfrica: "Creo que la Argentina estaba, tal vez, un poco ansiosa, demasiado nerviosa para poder afrontar un partido de enorme presión. Sabíamos perfectamente que iba a tener esas características, pero se cometieron errores que generalmente no se comenten. ¿Si creo que estuvimos a la altura de la circunstancia? Sí, sólo me parece que fue un mal partido. Pero es lógico. Por supuesto que uno siempre quiere más y más, pero si lo ponés en perspectiva, es absolutamente razonable, lógico que haya ocurrido lo que ocurrió.
"Porque la Argentina no está acostumbrada a estas situaciones. Por un lado, era algo inédito, y por el otro, se dio una sucesión de partidos (ocho, si se toma el desde el comienzo de esta gira, hace 64 días) que habitualmente no tenemos ni en un año. En dos meses jugados con un nivel de tensión cada vez mayor, cada vez mayor, y bueno, evidentemente, en algún momento el equipo iba a tener una situación en la cual no encontraran una respuesta. Pero también hubo méritos de los sudafricanos. Ellos jugaron al acecho, dijeron «vamos a poner el juego allá, vamos a meterles presión y vamos esperar los errores» . Y así fue. Nosotros hicimos el gasto del partido, pero cometimos los errores y ellos marcaron los puntos.
"Era nuestra primera vez en la vida frente a una situación de tanta trascendencia y pagamos el precio por no estar un torneo permanente, como sí lo están los sudafricanos. No voy a poner esto como una total explicación de lo que pasó, pero sí para que se entienda por qué el equipo cometió tantos errores en un partido tan decisivo."
Acerca de si era irreal creer que los Pumas podían ser campeones del mundo: "Por cómo se dieron las cosas, estaba dentro de las probabilidades, pero hubiera sido una isla en el océano. Todo se debió al esfuerzo de un grupo muy selecto de gente, que es la que está acá. Ser campeones hubiera sido algo totalmente fuera de contexto, de hecho, estar peleando por el tercer puesto también es algo increíble.
"Por supuesto que apuntábamos a lo máximo y perder nos provocó un gran dolor, pero me parece que lo que está haciendo el equipo argentino es muy bueno y sigue siendo muy válido."
La clave de esta actuación: "En la Argentina no se discuten ideas, estamos acostumbrados a discutir a nivel personal. Lo común es «vos estás en contra mío, porque quiero prevalecer porque soy más fuerte, porque tengo mejores ideas» ; lo que sea, y ¡no es así! Lo que pudimos lograr en este grupo es que hubiera discusión de ideas. No interesa si esas ideas salen de Pichot, Ledesma, Longo, Baetti o Loffreda, lo que importa es tratar de buscar un consenso donde todos estuviéramos de acuerdo en qué era lo más conveniente. Y este Mundial fue clarísimo en ese aspecto; todos comulgamos con las mismas formas, con el mismo juego y con el mismo planteo. No hubo ni un sí ni un no; inclusive, también existió un perfecto seguimiento y respeto por lo que se planteó antes de cada partido, porque todos hablamos el mismo idioma, porque todos estamos de acuerdo. Y, en ese sentido, ese fue uno de las factores que más influyó para este éxito."
La despedida: "Trato de vivir muy intensamente esto de seguir formando parte de este lindísimo plantel y poder compartir estas últimas horas todos juntos. Más que con nostalgia, tenemos que transitar esto con el deseo de aprovechar cada instante al máximo, y preparándonos para tener un gran final de este proceso tan largo. Tenemos que darle una buena conclusión a todo esto".
Las consecuencias de este suceso: "Me parece que hay que aprovechar el momento, porque si no esto puede tratarse de una burbuja que pase rápidamente y tengamos que volver a foja cero. Hay que sacarle el mayor jugo posible a esta situación, incluso desde lo político. Y conociéndolo a Raúl Sanz (N. de la R.: el secretario de la UAR), no puede dejar pasar esta oportunidad y no la va a dejar pasar. Pero, bueno, son los tiempos que ellos (por los dirigentes) manejan, son las formas que ellos manejan, y tendremos que esperar.
"No se puede tirar todo por la borda. Hay que capitalizar todo lo que sucedió en este Mundial. El reconocimiento y el prestigio conquistado hay que mantenerlo, hay que defenderlo, pero también hay que entender cómo se logró eso. No se logró porque un grupo de trasnochados se juntaron y jugaron bien un día. Este es un proceso que se consiguió con mucho esfuerzo de todos sus integrantes, muchas horas dedicadas y siempre con el compromiso por crear ideas con las que todos estuviéramos de acuerdo."
El recambio de jugadores: "En este grupo hay chicos que son los que tienen que tomar la manija; algunos pueden decidir dejar la selección y otros ya no van a estar para las exigencias del nivel internacional, pero lo que sí tiene que quedar es una huella, una impronta de todo lo que se ha vivió en estos ocho años. Más allá de que existan distintas posiciones técnicas, distintos estilos o distintas formar de ver el juego, lo que tiene que perdurar es lo respecta a la unión que se produjo en el plantel, a la muy buena integración que hubo entre el staff y los jugadores. Todo giró sobre la base del respeto, la confianza, el esfuerzo, la entrega. Esos valores tienen que seguir manteniéndose muy sólidos, muy firmes. Esa es la filosofía, la identidad que no debe cambiar".
El mejor y el peor momento de su gestión: "Por la
desilusión, el peor fue la eliminación en la primera rueda del Mundial de 2003. Y el mejor, la clasificación para los cuartos de final en este Mundial, por la forma en la que el equipo la logró, con una autoridad enorme".
Por Santiago Roccetti (La Nación.com.ar)