Luces apagadas, todos sentados en sus lugares y comienza la experiencia. Diez Pumas, el Head Coach, Santiago Phelan, y el médico del Seleccionado, Guillermo Botto, pasan a vivir como personas no videntes la experiencia de merendar, algo cotidiano para ellos, pero esta vez sin luz: a ciegas.
A traves de una iniciativa de Ignacio Rizzi, Responable de las acciones Sociales de la UAR, en conjunto con la fundación AUDELA, parte del plantel del Seleccionado Nacional participó de la experiencia del Gallito Ciego.
Los mozos para la ocasión, al igual que la cocinera, no son ajenos a la situación. Ellos no videntes, se encargan de preparar y luego servile la comida a los ocasiones invitados.
Los jugadores deben servisrse jugo, mezclar el yogurt con los cerelaes o degustar un sandwich, todo por sus propios medios. No tardan en volcarse y en darse cuenta rápidamente que la falta de un sentido tan primordial como la vista es una sensación a la cual afortunadamente no están acostumbrados.
El sentido de supervivencia les permite a su manera merendar y disfrutar de esta experiencia.
Cuando se prenden las luces, la mesa es el mejor testigo de que los comensales son novatos en la materia. La sorpresa en la mirada de los presentes al ver realmente el contexto del lugar les permite realmente entender lo que han vivido.
Una puesta en comun con las tres personas no videntes y el intercambio de sentimientos por parte de Los Pumas hacia lo que sintieron en la experiencia, y los no videntes en relación a lo que es su vida misma, es el mejor certificado para darse cuenta y salir con la cabeza un poco más abierta a la solidaridad y a la ayuda por el projimo.
UAR
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