Pensacola ha marcado ciertos hitos y ha forjado ciertos mitos en la historia reciente de los Pumas. El centro de Alto Rendimiento (Athletes Performance) ubicado en la Florida estadounidense significó un importante punto de partida para lo que luego resultó el Bronce en Francia 2007.
Y, a partir de ese mojón, tuvo también su correlato previo a la Copa del Mundo 2011 y a la primera excursión hacia el Rugby Championship. Pensacola sirve, ante todo, para lograr la excelencia en la puesta a punto física, pero, también, para buscar puntos en común en jugadores que a lo largo del año andan dispersos por distintos lugares del planeta.
En Pensacola se unificó el discurso para llevarse por delante al mundo en 2007, se pulieron diferencias entre veteranos y novatos antes de 2011 y se maduró la idea de establecer un nuevo sistema de juego para encarar en 2012 la Fórmula 1 del rugby. ¿Qué pasó en éste 2013? Hubo mucho trabajo interno, especialmente comandado por Juan Fernández Lobbe, que ha demostrado que es un gran capitán, el que necesita el equipo en estos momentos.
Corcho es quien lleva la bandera de la unidad en un plantel que vive ciertos conflictos internos, sobre todo desde aquellas duras declaraciones de Patricio Albacete a LA NACION, tras el primer Rugby Championship. Nada fue igual desde aquel día, aunque se intente sostener lo contrario y aunque se pretenda amenazar o difamar a los que no lo ocultan. ¿Es tan serio ese quiebre llevándolo a la cancha? No. Sólo se trata de dos grupos que tienen opiniones diferentes, especialmente alrededor de la figura de Agustín Pichot, el hombre más influyente del rugby argentino y quien, por otra parte, tiene amigos entrañables dentro del plantel, así como enemigos.
En Pensacola, Fernández Lobbe tuvo que intervenir cuando Albacete lo increpó a Felipe Contepomi por unas declaraciones que el back le formuló a la revista Rugby Mundial, dirigida por Adolfo “Palomo” Etchegaray, una leyenda Puma. En ese reportaje, el mellizo consideró que el Pato le había faltado el respeto al capitán, que si había críticas no debían hacerse a través de los diarios y, además, defendió con énfasis la gestión de la actual dirigencia de la UAR.
Fernández Lobbe fue el único de los referentes que salió a sostener con firmeza a Albacete y es el que trabaja constantemente en poner al equipo por delante de cualquier tema personal, de amistad, enemistad y hasta comercial. Sabe bien que un plantel quebrado puede ser masacrado en la cancha por los tres gigantes del Sur, con consecuencias futuras graves en el juego.
Ese mensaje de unidad impartido por el capitán prendió y ya está funcionando en los entrenamientos de rugby en Buenos Aires. Ahora hay que recuperar el juego perdido en la última parte del año (esencial) y encontrar un motivo para la rebeldía que siempre fue un combustible para los Pumas. Fuera de foco una pelea con el poder -el blanco históricamente favorito de los jugadores-, ahora se trata del hambre por conseguir una victoria ante algunos de los tres de la Sanzar, algo que ninguno de estos jugadores consiguió. Después, los resultados dirán cuán delgado o grueso es ese camino complicado que recorrerá el seleccionado durante lo que queda de 2013.
Por: Jorge Búsico
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