El CASI rindió muy por encima de un inexpresivo Alumni y, al ganar por 22-0, conserva posibilidades de pasar a la próxima fase del Nacional de Clubes. De esta manera el Atlético pudo revertir la frustación del debut.
La rotación de hombres, un poco inspirada por el cambio de competencia, puede haber tenido su influencia, pero en ese superficial mimetismo , el que no resignó integridad fue el CASI. El esfuerzo que le significó a Alumni conseguir su plaza en la rueda por el título del certamen de la URBA parece haber minado su consistencia; a esa conclusión se arriba después de ver la imagen deslucida que mostró en San Isidro y que le significó la imposibilidad de acceder a los cuartos de final del Nacional -sigue sin sumar puntos en este torneo-. El Atlético, en cambio, revirtió la frustración del debut (derrota ante Duendes por 42-33) y se puso en carrera con la victoria por 22-0.
El notorio dominio que ejerció la Academia resultó suficiente para sacar adelante un desafío exigente. Superior en la posesión de la pelota, con gran prestancia en las formaciones fijas, el conjunto sanisidrense dirigió los tiempos del partido y se mantuvo alejado de su in-goal; dos características determinantes para validar el éxito. Desbordado, sin conducción clara, a los de Tortuguitas no les quedó otra alternativa que refugiarse y tratar de defenderse desde la inferioridad de condiciones.
Los avances dinámicos de los ganadores de a poco desestabilizaron a su desorientado oponente, y las combinaciones certeras se remataron en sendos tries: Gregorini definió una explosiva réplica con bastante precisión; Salcedo irrumpió por el lado interno de Landajo y, en la estirada, apoyó con lo justo. La puntería de un cada vez más valioso Agustín Figuerola completó la sinfonía del CASI (parcial de 17-0).
No gestó aproximaciones profundas Alumni; la incapacidad para preservar el balón en su poder le impidió avanzar más allá de un par de fases. La única oportunidad para anotar estuvo en el envío del drop de Santiago González Iglesias, que apenas se elevó del suelo. Ese intento fue a los 34 minutos; un claro ejemplo de lo poco que produjo el equipo blanquirrojo para inquietar.
Los visitantes retomaron la lucha con bríos inspiradores, pero ese reinicio prometedor se desintegró rápidamente, después de la atropellada de Méndez para marcar la tercera conquista de los anfitriones. A los tres minutos del segundo capítulo, los sanisidrensesya aseguraron su hegemonía y, de no haber sido por la falta de contundencia en la resolución, podrían haber duplicado los números de un triunfo que respalda la auspiciosa identidad de una formación que deposita sus esperanzas en las cualidades de sus nuevos valores. "Este triunfo nos ayuda para confiar más en nuestro juego y para consolidar un equipo joven", reconoció el líder académico Juan Ignacio Campero.
Por Santiago Roccetti
De la Redacción de LA NACION
El permanente recuerdo de Juanqui Migliore
La actividad rugbística en la sede del CASI se cumplió con una característica: en el partido de la cancha Nº 2 de los menores de 16 años se hizo un minuto de silencio en memoria de Juan Cruz Migliore, e idéntica ceremonia se repitió en el cotejo de los menores de 22 años (los sanisidrenses jugaron con CUBA) y en el partido del Nacional entre los dueños de casa y Alumni.