El seleccionado de Tucumán se prepara para disputar un torneo que le gusta jugar y ganar. El conjunto de Alejandro Molinuevo viene realizando una seria preparación pensando en el Campeonato Argentino.
La historia está escrita. Pero el libro no está cerrado y tiene aún muchas páginas en blanco y por escribir. Es que La Naranja tucumana siempre se permite un guiño con el pasado y, de tanto en tanto, renueva los viejos laureles ganados en los campos de batalla. El Campeonato Argentino de Uniones es un torneo que le gusta jugar y que siempre lo tuvo como protagonista, ya que es el más ganador del interior y sólo se ubica después de Capital y Buenos Aires en la tabla general de títulos.
Esa misma historia escrita habla de tiempos difíciles, de frustraciones por no poder ponerle la cereza al postre. De buenos campeonatos y sin títulos. Las finales perdidas en 1966, 1975, 1981 y 1982 lo ponían en un sitial incómodo. De eterna promesa. Pero en la tarde del 5 de octubre de 1985, en el club San Martín de Buenos Aires, lograba llevarse la final ante los locales por 13 a 9. Fue el inicio del famoso Meta maul Tucumán que atronó por todos los rincones de la Argentina ovalada. Enfrente estaba vencido nada más ni nada menos que el gran Hugo Porta.
La leyenda nacería esa tarde de la mano de la siguiente formación: Luis Molina, Ricardo Le Fort y Ricardo Hortas; Sergio Bunader y Roberto De Luca; Pablo Garretón, Marcelo Ricci y José Santamarina; Lucas Ferro y Pedro Merlo; Gabriel Terán, José Gianotti, Álvaro Carrizo, Juan Soler y José Ríos. Los entrenadores eran Alejandro Petra, Manuel Galindo y el hoy presidente de la UAR, Cacho Castillo.
Después de ese épico triunfo repetiría la final al año siguiente aunque sin la misma suerte. Pero los 4 títulos consecutivos desde 1987 a 1990 y los dos de 1992 y 1993 (solamente interrumpido por la no participación de 1991) lo pusieron de cara a la mejor racha de su historia, con una camada inolvidable de jugadores. Con ese panorama, era difícil imaginar que justo una década después, Tucumán sufriría la deshonra del descenso.
Pero volvió con ganas de recuperar la gloria perdida. Y en el campeonato de su vuelta, se quedó con el título (2005) tras vencer a Cuyo. Perdió 4 finales seguidas y volvió a gritar campeón en 2010. Hoy se encuentra en una meseta, ya que hace 2 temporadas que no llega a la final. Pero siempre La Naranja es candidata. Más cuando se trata del torneo que más le gusta jugar.
Por: Juan Urchevich
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