Hace un año Los Pumas salían terceros en el Mundial y coronaban la mejor actuación en la vida del rugby nacional. Pichot recuerda esa gesta con Olé. Hace un año Los Pumas hacían historia. El 19 de octubre del 2007 le ganaban por 34-10 a Francia el tercer puesto del Mundial. Agustín Pichot, el capitán, que justo -y sin saberlo- jugó su último partido aquel día en el Parque de los Príncipes de París, lo recuerda con Olé.
-Antes del Mundial decías que la meta era llegar a lo más alto. ‘Sobre qué base lo decías?
-Desde la base de una percepción que a uno le daban los años, sentía que ese equipo tenía potencial, sabía que el equipo iba a responder, las cosas estaban dadas para que cada persona ocupara su lugar y no había factor que pudiera meterse en el medio.
-Cuándo te empezaste a dar cuenta?
-El día que hubo apoyo masivo para la reivindicación de los valores que estábamos planteando, cuando los líderes renunciamos en el 2006 y a las diez horas de la carta ya había mails de 47 jugadores apoyando. No era un tema de personajes o ideologías, había confianza en los líderes, había un equipo. Eso se construye por convicción y se traslada a la cancha.
-Pensaste que podían ser campeones?
-Un día importante fue cuando volvimos de Pensacola y entramos por primera vez a Newman.
El Tano Loffreda habló y nombró los parámetros del trabajo, y después yo dije: "Vamos a salir campeones del mundo y nos vamos a preparar para salir campeones del mundo". Recuerdo que el Tano se reía, tocaba madera. Yo veía las caras de los chicos, y todos estábamos convencidos de que lo podíamos hacer. Eso ya marcaba algo…
-Hubo tres picos emotivos claros: las dos victorias ante Francia y la derrota con Sudáfrica. ‘Cómo los viviste?
-Traté de bajar a la Tierra los positivos. En cambio, me fui muy abajo al perder la semifinal porque se había terminado un sueño. Lo del debut fue muy importante, pero no podíamos permitir que la euforia nos sacara el foco. Así que fuimos dando pasos firmes y con tranquilidad. Lo de Sudáfrica fue el vacío, caer desde 500 metros. En mi cabeza estaba salir campeón, sentí que había fallado. Fue muy duro porque llegamos a subir donde nadie había podido. Nadie confiaba en este equipo. El mundo no pensaba que podíamos salir terceros.
Pero de eso me di cuenta después, por las repercusiones.
-La semana posterior fue complicada, y justo se venía el partido por el tercer puesto…
-El Tano y Banana Baetti estuvieron muy bien. Yo creía que Nico Fernández Miranda merecía jugar, que correspondía dar un paso al costado. Pero el Tano dijo necesitaba que yo jugara, así que me entrené y me volví a convencer.
-Y ya pasó un año de aquel broche, con el tercer puesto. ‘Cómo lo recordás?
-Como el hecho más lindo de mi carrera deportiva. Fue terminar de una manera en la que yo había creído, toda mi carrera fue preparada para eso. Haber sufrido, haber peleado, cometido errores; haberme caído, levantado, llegado a llevar al equipo donde quería llegar…
-Hicieron historia.
-Ni hablar. Siempre soñé que uno está en la vida para hacer cosas que queden atemporales. La historia se hace así. Y lo del Mundial fue hacer historia.
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