Fue sin dudas un triunfo con angustia, hasta con el suspenso de esa última conversión uruguaya que se estrelló en el palo. Fue triunfo de Rosario por 26-25 (parcial 14-6) sobre Uruguay, en un partido -por el Cross Border del Este- que pudo haber sido también para los “celestes”, sobre todo por lo que hicieron en el segundo tiempo.
Indudablemente que la lluvia y por ende el estado del terreno conspiró contra las intenciones de generar juego. Todo parece indicar que en ese sentido, por sus características, el más perjudicado fue Rosario. Por momentos la pelota se hizo inmanejable y el afán por darle ritmo, por ponerle vértigo a los movimientos, hizo que las imprecisiones estuvieran a la orden del día.
Así y todo el local fue claro dominador del terreno. Otra vez el line fue la mejor fuente de obtención, a la vez que el scrum sigue siendo su talón de Aquiles. Desde la hilera, especialmente cuando la pelota fue a la cola salieron un par de movimientos intentando ganar el centro de la cancha, pero faltó profundidad y costó mucho superar la marca uruguaya.
Por momentos el partido de hizo monótono, lento, y hasta desordenado. Costó de un lado y otro ganar la ventaja, siendo la patada el recurso más usado, para ganar metros, aunque no siempre fue efectivo.Los uruguayos, fieles a su estilo, jugando con pases cortos, siempre cerca de las formaciones se las ingeniaron para emparejar en el terreno. Rosario siempre buscaba una primera puntada con sus delanteros y después desplegar afuera. Pero lo hizo sin sorpresas, salvo la avivada del final del parcial aprovechando una salida desde sus 22 para el segundo try del “ñandú”.
El complemento fue diferente, porque Los Teros se animaron a más. Presionaron con más decisión. Dominaron el terreno. Sus forwards se pusieron en protagonistas, jugando por el eje, complicaron y ganaron metros; también se animaron con sus backs, pero siempre muy parados. Sin embargo, aprovecharon un par de contragolpes que pusieron en claro algunos desajustes defensivos de Rosario. Por eso, de buenas a primeras, Uruguay estuvo al frente en el marcador.
Y eso fue como un cachetazo al orgullo rosarino. Con más actitud que ideas, con la convicción de aquel que siente que no puede perder ante su gente, Rosario fue a buscar el partido. Tuvo control, mejoró su primer tackle para recuperar un par de pelotas y con movimientos rápidos encontró la forma de desequilibrar por el abierto, quedando en la velocidad de sus hombres el crédito necesario para dar vuelta la historia.
Sin embargo Uruguay no estaba dispuesto a irse con las manos vacías. Otra vez con sus forwards profundos, volvió a complicar, ganó metros y abrió la ventana de la esperanza con la última pelota que teminó en try. Pero la conversión pegó en el palo más lejano y Rosario festejó.
El triunfo pudo ser para cualquiera. En definitiva quedó en manos del “ñandú” por esa actitud del final, cuando superado en el marcador se acordó que podía generar juego de ataque, usando bien un par de pelotas recuperadas. Pero sigue sin poder darle continuidad a su juego, mantiene ciertas intermitencias, más allá que evidencia intenciones, que por el momento cuesta plasmar.
De Uruguay hay que rescatar su histórico espiritu combativo: la tan mentada “garra charrúa”. Siguen siendo sus forwards la idea fuerza de su juego, aunque debieran sacarle más rédito, por ejemplo, a su buen scrum.
Fuente: Super Try
Martín Maineri, medio scrum de Palermo Bajo y el seleccionado de Córdoba, hablo con CORDOBAXV sobre el comienzo de una nueva pre temporada de Los Dogos, actuales campeones...
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