Gales era favorita, los dragones comenzaron ganando y llegaron a situarse 3-13 en el marcador, pero una Francia voluntariosa y hosca no bajó los brazos y acabó dando la vuelta al partido. Gales vuelve a dejarse un Grand Slam en París. Ya son demasiados.
El mejor equipo de la historia del rugby, el Gales de los 70, ganó siete V Naciones y tres Grand Slams, pero nunca enlazó dos seguidos. El porqué lo explicó Gareth Edwards así: “El maldito París”. Gales ganó el Grand Slam siempre que recibió a Francia en Cardiff. Cuando le tocó viajar a París, agua. Preguntado al inicio de este VI Naciones por la posibilidad de que Gales enlazara dos Grand Slams, no lo hace desde hace 100 años, Edwards respondió socarrón: “¿Juegan en París, no?”.
Anoche Gales se midió a una Francia a la que su seleccionador, Marc Lievremont, ex apóstol del rugby a la mano, lleva por caminos insondables. Su rugby cargado de fases en delantera castiga a sus rivales con los pitbulls Chabal, Nallet, Marconnet… El problema viene en los medios. Ha probado cinco aperturas en 18 meses: Skrela, Traille, Trinh-Duc, Beauxis, Baby… Jugadores de escuelas y filosofías varias. Eso la ha sumido en el caos. Lievremont advirtió, al situar a Baby de 10, banderillero muleta en mano: “Al final de este partido seré genio o villano”.
La batalla arrancó hosca. La agilidad de la delantera galesa le permitió arañar dos golpes. Una Francia diesel sufría con el desempeño de Baby, más físico que neuronal. En su primera estampida Harinordoquy posó la bola apoyado en el ruck. Error. Minutos después una carga galesa dibujó una tensa al intervalo por el que se filtró Byrne. El ensayo ponía tierra de por medio. 3-13. Demasiada para una vulgar Francia. Pero un golpe pasado de Parra arrimó al XV del gallo a tiro de ensayo mientras Baby se lesionaba y daba paso a un 10 nato: Trinh-Duc. Segundos después, ensayo de Dusatoir tras estampida, segunda, de Harinordoquy. 13-13. Francia ponía la música, Gales la letra.
En la segunda mitad, Francia insistía en entrar en el bosque tumbando árboles más que sorteándolos. La pelota era francesa. Con Trinh-Duc el cuento había cambiado. La bola corría alegre, lo que aprovechó Heymans para posar un ensayo. Gales estaba contra las cuerdas. El Grand Slam, París… Peel, Henson y Hook al verde. Media hora de zafarrancho, oleadas y emboscadas.. Pero el destino estaba escrito. No habrá Grand Slam. Un inmenso partido de rugby, el primero en viernes noche del torneo, privó a un correcto Gales de enlazar dos Grand Slams. El maldito París, querido Gareth.
La primera etapa fue muy pareja en cuál ambos equipos intentaron quebrar al otro, pero pecaron de varios errores al momento de llegar a las 22 rivales. De...
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