El capitán Santiago Gómez Cora contó cómo bancó haberse lesionado antes del debut y admitió que aún no puede disfrutar el logro de haber obtenido el subcampeonato en el Mundial de Dubai disputado hace algunos pocos días..
Acá andamos, de nuevo en la ciudad, viendo cómo está la lesión porque se viene el seven de Hong Kong”. Así, como si nada hubiera pasado en Dubai entre el jueves y el sábado últimos, Santiago Gómez Cora abrió la charla con Olé. Los Pumas regresaron en la madrugada de ayer al país tras haber salido subcampeones del mundo, algo que ningún otro seleccionado argentino de rugby consiguió, y el capitán ya pensaba en el próximo torneo, a fin de mes, por el Circuito IRB. Suena raro, pero tiene sus razones. 1) Siente que al equipo se le escapó una final ganable ante el sorprendente Gales, que festejó 19-12. 2) Sus ilusiones de romperla en Dubai, al que llegó como megaestrella mundial, se desinflaron por una lesión muscular -justo antes del debut- que le impidió jugar mucho y en óptimas condiciones.
“No lo podemos disfrutar. Y todo el equipo está igual, eh. Porque se formó un grupo con hambre que no se conforma con ser segundo. Costó asimilar la derrota contra Gales. Esa final no la voy a ver por mucho tiempo”, admitió el tryman del Circuito IRB (213).
-Pero si antes de la Copa te decían que llegabas a la final, ¿no firmabas?
-Es que sentíamos que la teníamos. Estábamos a nada de ser campeones del mundo, es muy fuerte. Y no ligamos. Si Figuerola hacía ese try cuando estábamos 7-5 arriba, empezábamos a manejar el partido y ganábamos tranquilos.
-Pese a la bronca que no te permite gozar el campañón, ¿qué rescatás?
-Que demostramos que el título en San Diego no fue casualidad; que se armó un equipo con amor a la camiseta al que desde afuera fue un placer ver jugar.
-¿Cómo llevaste el hecho de jugar sólo tres partidos con toda la expectativa que tenías?
-Me quería matar. Era el momento. Veníamos entonados de San Diego, yo estaba bien, en los medios se hablaba de mí… Tanta espera y no poder devolver nada de lo que esperaban de mí. No pude aportar mi juego, mis tries. Me bajoneó. Y no hacer tries en la final me dolió doble.
-¿Cuándo sentiste que se te complicaba?
-En el debut, en la jugada del try con Uruguay, ya me molestó. Y en cada partido que entré después.
-¿Y qué hacías?
-Ya lo había hablado internamente y con mi hermano Pablo. No decía nada y me la aguantaba, para no transmitirle como capitán una preocupación al equipo. Me encerraba en un baño entre partido y partido y sufría por dentro. Pensé que si yo me mostraba caído podría repercutir en el grupo en pleno torneo. Los chicos preguntaban, pero yo trataba de ser positivo en todo momento.
-Bueno… ¿y cuándo creés que vas a empezar a disfrutar el 2° puesto?
-Todavía no. Quiero ir a la próxima etapa. Quiero sacarme la vena jugando al rugby con este equipo.
Por EZEQUIEL IRIBARREN (Diario Olé.com.ar)
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