El entrenador asistente Andy Farrell describió el devastador estado anímico del equipo al que todavía le queda el último compromiso ante Uruguay.
El campo de entrenamiento en el condado de Surrey recibió al seleccionado de Inglaterra con el típico clima inglés, extremadamente acorde con el estado anímico de Los de la Rosa: gris, muy gris y lloviznoso.
Las muy escasas sonrisas de algunos jugadores a los periodistas presentes en el lugar fueron también un producto de la cortesía inglesa más que la exteriorización de emociones universales. De éstas se tuvo que ocupar el entrenador asistente Andy Farrell, designado para describir a los medios de prensa el cuadro de situación tras el terremoto creado por Australia el sábado pasado en Twickenham (victoria de 33-13).}
“Estamos desesperadamente apenados por lo ocurrido y sabemos que situaciones como éstas tienen una serie de ramificaciones y reacciones en cadena, pero tenemos que vivir con esto”, expresó un compungido Farrell.
El plantel tuvo la noche libre tras el demoledor revés en Twickenham, y recién volvió a reunirse en su cuartel general de Bagshot, en el noroeste del condado de Surrey. Allí su primera actividad fue una charla con el head coach Stuart Lancaster, según informó Farrell, sin poder obviar nuevas referencias al bajo espíritu del grupo: “Todos estamos devastados. Sentimos que defraudamos a todo el mundo. Sabemos lo desolados que se sienten todos los que trabajaron tan fuerte en las últimas 14 semanas. Stuart tuvo una charla con los muchachos. Tenemos que ser bravos y levantar el ánimo les dijo”.
Farrell, quien jugó para Inglaterra en el RWC 2007 antes de volcarse por completo al coaching, primero para los Saracens y luego para el seleccionado nacional, no escatimó palabras de elogios para el jefe del equipo, Stuart Lancaster:”Creo que lo construido por Stuart no puede medirse por dos derrotas. Tres años y medio bajo su dirección han dejado cimientos sólidos. Ha sido algo magnífico para el país y el seleccionado de rugby. Es el inglés más trabajador que haya conocido”.
“En este tiempo hemos tenido grandes victorias y algunas derrotas. Pero Stuart tiene la capacidad de poner cada cosa en su lugar y darle sentido a la camiseta”.
Uruguay en la puerta de salida
Lancaster tendrá que recurrir a lo mejor de esas dotes durante los días que faltan hasta el sábado, cuando en Manchester, el anfitrión de la Copa Mundial de Rugby se convierta en el primero en despedirse de la competición sin poder llegar a cuartos de final. Ese día lo espera Uruguay, que también estará jugando su último partido en este torneo.
Australia y Gales ya se aseguraron un puesto entre los últimos ocho equipos que protagonizarán el tramo final en búsqueda de la preciada copa Webb Ellis. Los de la Rosa ansían poder redimirse ante su país y levantar sus ánimos a costas de Los Teros, quienes a pesar de haber hecho lo suyo, no representarían a primera vista una amenaza tan fuerte para los alicaídos locales.
El segunda línea inglés, Geoff Parling, destacó indirectamente el valor de la presencia de equipos como el de Uruguay, al revelar que una vez terminado de elaborar el duelo por la tremenda frustración de haber fallado, lo más importante en el balance final, es el beneficio mayor de competencias como éstas: “Lo siento por muchísima gente. Lo siento por nosotros, después de semejante trabajo que hicimos, y por la dirigencia y los equipos técnicos y profesionales, porque simplemente no funcionó. Pero realmente espero que lo que ocurrió en los últimos años haya creado un buen sentimiento hacia el rugby en general”.
“Espero que este torneo sea un buen ejemplo de competición para el rugby, que ayude a clubes en la difusión del deporte y en el reclutamiento de jugadores, y que todavía pueda hacer otras obras buenas”.
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