Martin Gillingham, que se convirtió en presentador de la televisión para la transmisión de la Rugby World Cup, estará agradecido para siempre a un fisioterapeuta de rugby que le salvó la vida cuando tuvo un ataque al corazón.
Pase lo que pase en el resto de la Copa Mundial de Rugby 2015, Martin Gillingham será recordado como el hombre que se encontraba el 19 de septiembre, detrás del micrófono de ITV, cuando Karne Hesketh se zambulló en la bandera izquierda, en el minuto 84, en el Brighton Community Stadium.
“El momento más grandioso en la historia del rugby japonés, los poderosos Springboks puestos de rodillas”, dijo Gillingham cuando el tanteador confirmaba un resultado sísmico en la historia de la RWC 2015: Sudáfrica 32-34 Japón.
De todas formas no fue comparable ese momento, histórico en términos deportivos, con la dramática situación vivida por el ex atleta olímpico (que fuera rival en una oportunidad del gran corredor de vallas en 400 metros, el estadounidense Ed Moses) en el gimnasio del Pullman Hotel, en Auckland, el 7 de junio del año pasado. Fue cuatro horas antes de que Inglaterra se enfrentara con los All Blacks en el Eden Park y algunos de los jugadores y el staff estaban allí mientras Gillingham estaba corriendo en la cinta.
Fabricante de viudas
“Davy Wilson (pilar de Inglaterra) pasó por delante de la cinta de correr delante mío y pensé: ‘Te voy a mostrar”, recordó Gillingham en el St. James’ Park, donde estuvo el viernes comentando el partido entre Nueva Zelanda y Tonga.
“Miraba la velocidad ya que todavía tengo una razonable velocidad en las piernas y probablemente parecía bastante cómodo. No pude sentirlo. Después de que él se fuera, bajé la velocidad y empecé a mantenerla para no perder calor. Entonces, sin previo aviso, las luces se apagaron. Si no me hubiera despertado, no habría sabido nada al respecto. Pero me desperté y el médico de la selección de Inglaterra y el fisio estaban allí”, relató.
“Me dieron aspirinas y agua. Luego me llevaron al hospital. Tuve bastante suerte con un bloqueo del 99% de la arteria descendente anterior izquierda, la principal. Lo llaman un ataque al corazón ‘fabricante de viudas’ porque es comúnmente fatal. Tuve una pequeña cirugía y estaba fuera del hospital en cinco o seis días. Como dije, tuve bastante suerte”, continuó.
Rugby y atletismo
Felizmente, dieciséis meses después, Gillingham está nuevamente en forma. A los 52 años tiene que utilizar medicación “de por vida”, más que correr más rápido en la cinta de lo que ha hecho por 10 o 15 años.
Él estará siempre en deuda con el staff de Inglaterra que acudió en su ayuda, especialmente con el fisioterapeuta Dan Lewindon. “Ellos estuvieron fantásticos. Hicieron todo lo que pudieron hacer por mí. Cuando considero las circunstancias, cuatro horas antes del inicio del partido, lo que hicieron fue verdaderamente sorprendente”.
Gillingham hizo su marca deportiva como atleta casi por accidente. Fue sorpresivo ganador del título del Campeonato AAA de 400 metros con vallas en 1984, participó a los 20 años de edad en el equipo británico para los Juegos Olímpicos de ese verano en Los Angeles, y también compitió en el Campeonato Mundial, en Roma en 1987. Marcó su mejor tiempo, 49.82 segundos, al llegar tercero detrás de Moses y Kriss Akabussi en un Grand Prix en Crystal Palace en 1987.
Admite, sin embargo: “Siempre estuve convencido de que sería mejor jugador de rugby que atleta. De hecho, cuando era niño, a los 16 años, estaba totalmente convencido de que iba a jugar al rugby para Inglaterra. Estaba en el grupo de menores de 16 de Inglaterra, aunque nunca he jugado para ellos. Jugué rugby juvenil para Saracens y London Welsh y supongo que mi punto culminante fue jugando para Sur de Inglaterra M-16 contra Portugal, en Marlow Rugby Club. Les ganamos y pateé una conversión desde el touch, fue tan bueno como lo que conseguimos”.
Experiencia en Sudáfrica
“El último partido de rugby que jugué fue para Otley, cerca de cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de 1984, contra Bradford y Bingley. Sólo hice atletismo en el verano en esos días, pero salí de la nada y gané las AAA y nunca jugué un partido de rugby de nuevo”, explicó.
Gillingham escribió y luego comentaría sobre su primer amor deportivo, cuando trabajó como periodista deportivo en Sudáfrica. Consiguió ingresar a la televisión cuando se mudó a Gran Bretaña en 2003 y comenzó a trabajar para Sky Sports en la Heineken Cup.
Su comentario sobre el dramático final del partido entre Japón y Sudáfrica es probable que perdure por años. “Tuve suerte”, dijo Gillingham. “Estaba en el lugar correcto en el momento adecuado”. Una vez más.
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