Uno de los héroes de aquella épica noche ante Irlanda en la RWC 1999 palpitó la previa de cuartos de final de Los Pumas. El autor de aquel recordado try en la bandera izquierda, en Lens, subrayó que “la imagen que recuerdo y la más importante es la de la defensa en el final”. Fue el primer logro de un equipo argentino que se instaló en las marquesinas de una Copa Mundial de Rugby.
Si bien algunos podrían discutir que la verdadera Pumamanía comenzó en la RWC 2007 con el tercer puesto conseguido por la Argentina siendo la mejor campaña en la historia de esta competencia, otros podrían manifestar que la piedra fundamental, la bisagra y la revolución, se generó a partir de la RWC 1999.
En la Copa Mundial de Rugby disputada hace 16 años en Gales, Los Pumas lograron por primera vez en su historia acceder a un repechaje para cuartos de final ante Irlanda. La noche del miércoles 20 de octubre de 1999 el estadio Félix Bollaert de Lens (Francia) fue testigo del principio de un camino espinoso pero lleno de alegrías para un conjunto argentino que estaba dirigido por el neozelandés y ex jugador de los All Blacks, Alex Wyllie.
El XV del Trébol, que nunca pudo acceder a disputar semifinales de una RWC, empezaba a cruzarse en el destino de Los Pumas en lo que sería el primero de los tres duelos en competencias ecuménicas y donde habría que agregar un cuarto test a jugarse el próximo domingo a las 13 hs. en el Millennium Stadium de Cardiff.
Un logro colectivo
En el primer partido entre ambos en una Rugby World Cup, Argentina derrotó a Irlanda 28-24 gracias a un try del wing, Diego Albanese, después de una jugada de pizarrón elaborada por los backs argentinos. Si bien muchos recuerdan la imagen del corajudo y diminuto jugador con la cabeza rapada zambulléndose en el ingoal rival, el mismo protagonista explicó que “tuve la suerte de hacer ese try y de estar parado en ese lugar, pero cualquier wing con dos manos y un poco rápido lo hacía al try. No es que agarre la pelota en 40 yardas nuestras y esquive a cuatro rivales. Es más, si Irlanda nos hacía un try en el final nadie se iba a acordar del mío”.
La conquista del hoy comentarista de rugby sumado a la conversión de quien terminó siendo el goleador de la RWC 1999 con 102 tantos, Gonzalo Quesada, ponía a Los Pumas adelante 25-24, después de ir perdiendo 24-19. El final fue no apto para cardíacos con quince jugadores que defendieron el resultado final de 28-24 (Quesada estiró ventajas con un penal) a puro tackle: “Para mí la imagen de la RWC 1999 fue la defensa en el final, fue algo del equipo, un logro colectivo. Prefiero que se acuerden de mí por otras cosas y no por ese try”, aclaró Albanese haciendo hincapié en lo colectivo por encima de lo individual y se mostró emocionado recordando aquel último pitazo del australiano Stuart Dickinson que otorgó 9 minutos de descuento.
El sistema de competencia era distinto al actual con cinco grupos con cuatro equipos en cada uno. Clasificaban directo a los cuartos de final los primeros de cada zona, donde los segundos y el mejor tercero (fue Argentina en el Grupo D) jugaban playoffs o una suerte de octavos de final.
¿Un clásico?
Partícipe necesario del primer logro argentino en una Copa Mundial de Rugby alcanzando por primera vez en la historia unos cuartos de final (derrota ante Francia 47-26, en Dublín), Diego Albanese contó sus sensaciones de volver a enfrentar a un rival como el XV del Trébol con el que se topó también en las RWC 2003 y RWC 2007 y al que algunos indican como una especia de clásico de Los Pumas: “No sé si es un clásico, es muy fuerte decir esa palabra. Yo creo que es más clásico Francia que Irlanda, por un tema de que somos latinos y por historia. Se da la casualidad de que Irlanda siempre nos toca en los mundiales y es un lindo desafío”.
Comparando el enfrentamiento de 1999 con el del domingo, el ex wing manifestó que “cuando veo el rugby de esa época no entiendo las reglas, no sabés qué cobraba el árbitro. En ese entonces, previo al partido contra Irlanda, estábamos jugando algo que nos había caído del cielo. No teníamos mucho por perder, era disfrutar, obviamente que queríamos ganarlo porque teníamos la capacidad para hacerlo y era como un regalo”.
Acerca de Los Pumas de hoy, dijo que “la realidad es distinta, estos jugadores están preparados para esto, con otra mentalidad y otra confianza. Esta es otra historia”.
Pronóstico reservado
Diego Albanese tiene ese plus como analista de rugby, el hecho de haberlo jugado y entendido lo hace distinto. Acerca del partido del domingo expresó que “a pesar de las bajas que podría tener Irlanda será un 50 y 50 de posibilidades. Ellos demostraron el otro día que se les fueron tres jugadores y el equipo no se resintió. Por un lado podés pensar que perdieron a un líder, pero en la conferencia de prensa declaran que quieren ganar por esos jugadores que no estarán”.
Además, alertó que “hay una parte emocional muy grande que juega en ellos, además de que por primera vez en su historia quieren llegar a semifinales e intentar ganar por sus compañeros y por una leyenda (O’Connell es baja)”.
“Ojalá que esta adversidad no los motive, pero va a haber una parte emocional muy importante y aparte como le decía a un periodista irlandés, el domingo será una mini Dublín. Vieron lo que fue el otro día Cardiff, habrá 60 mil irlandeses y 10 mil argentinos. Va a haber un lindo entorno y será un lindo desafío”, finalizó Diego Albanese que será un ferviente hincha de Los Pumas en Cardiff más allá de su obligación profesional.
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