Australia y Nueva Zelanda afrontan mañana sábado en Twickenham la final de la Rugby World Cup 2015. Los dos mejores equipos del año y la competencia, frente a frente.
Por si faltaran alicientes a toda una final de la Rugby World Cup, tanto All Blacks como Wallabies tienen motivos sufientes para dormir esta noche pensando en hacer historia. Los vigentes campeones tratarán de retener la Copa Webb Ellis que lograron hace cuatro años y convertirse así en el primer equipo que defiende con éxito el trofeo. Ambos equipos, además, buscan el tercer título mundial para sus vitrinas tras los de 1987 y 2011 para los de negro, y los de 1991 y 1999 para los de oro y verde.
Pero hay más. El derby del mar de Tasmania es el enfrentamiento más repetido en la historia del rugby internacional. De 154 partidos los All Blacks vencieron 105, los Wallabies 42 y hubo siete empates. Australia, pese a brillantes actuaciones puntuales como la que necesitarán mañana, nunca pudo igualar en consistencia y regularidad a su archirrival.
Tanto unos como otros presentan un expediente en 2015 de diez victorias y una derrota. La que se infligieron mutuamente en los dos partidos por la Bledisloe Cup. En el primer encuentro Australia se impuso 27-19 y se aseguró el título del The Rugby Championship. Una semana después, en Eden Park, eran los neozelandeses quienes vencían por 43-13 y retenían el trofeo interinsular por 43-13. Los All Blacks borraban de un plumazo todas las dudas que había generado la derrota anterior.
Michael Cheika, entrenador de los Wallabies, quitó importancia a esos dos encuentros en la rueda de prensa tras el captain’s run del viernes: “Dicen que si miras atrás sólo lograrás lastimarte el cuello. No significa nada. Lo que importa es lo que pasa en los próximos dos días y en los 80 minutos que tenemos delante. Ver dónde estamos y cómo se reparten las cartas”.
Una vez en Inglaterra, los caminos entre los vecinos fueron bien distintos hasta alcanzar el partido por el título. Nueva Zelanda abrió el torneo derrotando a Argentina en un encuentro que dijo más de lo que iban a ser Los Pumas en la RWC 2015 que los propios All Blacks.
Luego vencieron a Namibia, Georgia y Tonga, Nueva Zelanda se tomó sobrada revancha de los cuartos de final de 2007 en Cardiff aplastando a Francia con nueve tries. Una semana después, en semifinales, el escenario cambió ante Sudáfrica en un encuentro cerrado y táctico que se resolvió por detalles: la lluvia, un drop de Carter, la gestión de los puntos de contacto. Los All Blacks vencían su decimotercer partido consecutivo en RWC para tratar de coronarse campeones por tercera vez, la primera lejos de Eden Park.
Australia, por su parte, comenzó la competencia venciendo a Fiji y Uruguay con solvencia pero sin alardes. En la tercera fecha certificaron el adiós de Inglaterra a su torneo y en la definición ante Gales – el único encuentro de la RWC 2015 sin tries- los Wallabies se aseguraron un, a priori, accesible cruce de cuartos de final contra Escocia. Pero no fue así. Contra el XV del Cardo Australia logró el pase a semifinales en el último minuto con un penal de Foley. Ya entre los cuatro mejores, ante Argentina, los Wallabies dominaron desde el comienzo a su rival en el partido más completo hasta la fecha.
Experiencia Black
Pero mañana Australia, que parece haber encontrado el punto dulce de juego, necesitará más para vencer a unos All Blacks que desde que ganaron la RWC 2011 sólo perdieron tres tests. Las fortalezas de los de Steve Hansen se basan en una sólida obtención y en una férrea defensa. Además de cómo juegan las pelotas recuperadas y el contraataque, con precisión de cirujano en la ejecución y en los momentos en los que más daño pueden infligir al rival.
“Queríamos algo de estabilidad. Vinimos a este torneo con la idea de llegar a la fase de eliminación siendo sólidos en las selecciones. Hemos sufrido pocas lesiones, así que hemos sido afortunados. Hagas lo que hagas en la vida, la experiencia es importantísima. Cuando dispones de jugadores experimentados y se encuentran en un buen estado de forma, es una ventaja tremenda”, explicó Steve Hansen acerca de su equipo que, a diferencia del australiano, cuenta con experiencia en todas sus líneas. De entre ellas destaca la tercera, en la que el capitán Richie McCaw extenderá su récord de 148 caps.
Junto a él, Conrad Smith, Ma’a Nonu, Tony Woodcock, Keven Mealamu, Owen Franks, Sam Whitelock, Jerome Kaino y Kieran Read fueron titulares en la final de 2011 y Sonny Bill Williams entró desde el banco. Una colección de nombres que cualquier entrenador querría para su equipo. Dan Carter falta en la lista porque se lesionó a mitad de la RWC pasada y seguro querrá dejar su marca en un encuentro de este calibre. Lo mismo que Julian Savea, tryman de la competición y que igualó a Bryan Habana y Jonah Lomu con ocho tries cada uno en una RWC. Mañana podría superarlos.
Un tres para tres
Que Australia llegara a la final no se explica sin una notable mejoría de su obtención, pese a que sufrieran contra Argentina en este aspecto y, sobre todo, en una tercera línea capaz de relentizar el ataque rival en cada punto de contacto. David Pocock, Michael Hoper y Scott Fardy se las verán mañana con los citados McCaw, Kieran Read y Jerome Kaino. Un enfrentamiento con tantas aristas y posibilidades que corre riesgo de convertirse en el partido dentro del partido.
Michael Cheika, que cumple un año en el cargo, se rodeó de los mejores para devolver la gloria a los Wallabies. Ledesma jugó su papel con los forwards y, casi como cuando jugaba, el ex apertura wallabie Stephen Larkham es el hombre tranquilo y sigiloso por el que pasa el plan de ataque de los australianos. Cheika otorgó los galones de apertura a Foley en detrimento de Quade Cooper y el de Wharatahs no decepcionó. Los dos tries que sepultaron a Inglaterra y cómo movió al equipo ante Argentina le colocan entre la élite de los creadores de juego a nivel internacional.
El cambio de las normas de la Unión Australiana de Rugby acerca de la selección de jugadores devolvió al equipo a Matt Giteau. El contrapunto perfecto para Foley y alguien que suma veteranía junto a los wings Adam Ashley-Cooper y Drew Mitchell. Estos últimos, que pueden quedar sepultados ante la exuberancia ofensiva de de los All Blacks, llegan también entonados a la final. Ashley-Cooper es el Wallabie que más veces anotó a Nueva Zelanda, nueve tries, mientras que Drew Mitchell está a uno sólo del récord de Habana y Lomu como anotadores históricos de la RWC.
El partido se prevé cerrado y la tarde será fresca pero sin lluvia sobre el sudoeste de Londres. Twickenham aguarda para celebrar el fin de fiesta. Australia o Nueva Zelanda; All Blacks o Wallabies; el primero del ranking o el segundo. Quien levante el trofeo habrá hecho historia.
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