Rugby Didáctico recorrió las 24 provincias de la Argentina y Sebastián Perasso, el autor de la saga, te invita a conocer historias que merecen ser contadas.
Los tiempos modernos han traído consigo gratas noticias en términos de difusión del juego y, en ese sentido, yo he sido un testigo privilegiado de ese crecimiento y esa transformación en torno a nuestro deporte. Hoy, al rugby lo juegan todos y en todas partes. Esa es una realidad palpable y que yo he tenido la oportunidad de comprobar gracias a mis viajes de rugby en el último lustro.
Además, otro dato de valor. El rugby ha llegado a todos los estamentos sociales; ha dejado de ser un deporte elitista y de clases para expandir sus fronteras a todas las clases sociales. Es cierto que se sostiene con frecuencia que “el rugby es un deporte elitista” pero, a la luz de los hechos, ese preconcepto hoy no tiene el más mínimo sustento. El rugby de corte social se ha diseminado por todo el país y constituye el fiel reflejo de una apertura del rugby hacia todos los rincones de nuestra comunidad.
Por otra parte, un dato no menor: el rugby ha llegado hasta las cárceles y yo he sido testigo de ese desembarco. He tenido la oportunidad de visitar las cárceles de Batan, Campana o San Martín por ejemplo. Historias fuertes y de una riqueza sin parangón. En las unidades penitenciarias, el juego goza de un crecimiento sostenido en los últimos años y ello constituye una muestra acabada de que nuestro deporte ha llegado a todos los estratos de nuestra sociedad…
Debo decirlo. El rugby ha sido muy generoso conmigo. A partir de 2009 cuando me invitaron a dar mi primera charla en el club Old Ressian de la Ciudad de Rosario, las invitaciones se fueron sucediendo con frecuencia y en esa vorágine de viajes y nuevos lugares fui conociendo un mundo que para mi era hasta entonces desconocido. Fui aprendiendo la idiosincrasia de cada provincia y de cada lugar del país donde se practica rugby, como así también sus particulares desafíos y problemáticas.
Hoy, seis años después de mi primer viaje he completado mi periplo que me ha llevado a todas y cada una de las provincias de nuestro país a través del rugby. El juego me ha permitido conocer realidades muy distintas, parajes increíbles e historias de vida que merecen ser difundidas. Son historias construidas en base a una enorme cuota de sacrificio y tesón, pero sobre todo mucha pasión por el juego.
Desde San Salvador de Jujuy hasta la lejana Ushuaia; desde Chilecito en la Provincia de La Rioja, hasta la ciudad de Nogoya en Entre Rios, o desde la bella Iguazu hasta el inhóspito paraje de Rio Turbio, en la Provincia de Santa Cruz, el rugby me ha llevado de paseo a todos lados.
Les propongo recorrer y compartir juntos a través de mi pluma cada provincia de nuestro país, en donde las historias de rugby se suceden con inusitada frecuencia y logran dejar una marca indeleble en todos aquellos que juegan o enseñan esta disciplina.
Son historias de héroes anónimos que entregan no solo su tiempo, sino también su esfuerzo, sus ganas y muchas veces su propio sustento económico con tal de permitir que el juego y sus bondades se desparramen como regadero de pólvora en toda la comunidad en la que viven.
Los invito a conocer cada semana las distintas realidades del rugby en cada provincia de nuestro país, con la seguridad de que podrán enriquecerse de historias de rugby – y de vida – que merceden ser contadas.
Por Sebastián Perasso
@rugbydidactico
En la página de Espartanos, la ONG que revolucionó las cárceles utilizando al rugby como herramienta de educación e inserción social para los presos, hay un video corto...
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