A través de la escritura – su gran pasión – Sebastian E. Perasso, encuentra en esa forma de expresión, un canal para tratar de hacer una contribución cierta hacia el juego. Su capacidad de observación de la realidad del deporte, y del rugby en particular, sumada a su vasta experiencia en el juego, lo colocan en un lugar privilegiado para desmenuzar la problemática del deporte del rugby.
“La actitud del entrenador es un modelo de comportamiento para sus jugadores.” Miguel Garcia Lombardi
No hay dudas que la tarea educativa es mucho más compleja en los tiempos actuales. Aquellos que llevan adelante una función de liderazgo (padres, maestros y profesores) se sienten desautorizados por la respuesta de sus hijos/alumnos, sin entender que estas conductas obedecen al gran cambio psíquico que provoca la “simetría inconsciente” en la mente de los niños y jóvenes.
La simetría inconsciente es una modificación de psiquismo de los menores por la cual desde la primera infancia los niños copian a sus padres como si estuvieran frente a un espejo. Los niños se mimetizan con los adultos quedando ubicados inconscientemente como pares. Ese panorama requiere que los adultos sean capaces de confiar en su propia percepción. Requiere también que sean sumamente respetuosos en la forma de comunicarse, de hacerse respetar sin permitir el maltrato en la comunicación. En definitiva, se necesita poder saber manejar el contexto de la comunicación.
En el lenguaje de los jóvenes no existen las diferencias. Para ellos todos estamos en un mismo plano. Ese cuadro de situación genera respuestas diferentes a las de antaño. Los niños y jóvenes interpelan la autoridad del adulto, lo cuestionan en su jerarquía y también lo interrogan de diversas formas. Frente a ello, el mayor no debe reaccionar simétricamente, sino que debe comprender las consecuencias de esa “simetría inconsciente”.
Justamente esa simetría inconsciente genera una gran dificultad para establecer una buena comunicación entre padres e hijos, porque cuando aquellos aconsejan éstos se sienten desvalorizados y descalificados, y por ende reaccionan muchas veces con enojo y hasta con violencia.
La simetría genera una gran hiper-exigencia, intolerancia a la frustración e intensos bloqueos frente la proceso de aprendizaje. Las frustraciones son vividas como fracasos y cualquier comentario de un adulto es considerado como una crítica o desvalorización hacia ellos, produciendo angustias e incluso reacciones violentas. Una consecuencia de esa simetría es que los niños no toleran la idea de equivocarse y se sienten frustrados constantemente. Frente a ese panorama, los niños nos obligan a un aprendizaje cotidiano, al desarrollo de estrategias y recursos de comunicación para lograr llegar hacia ellos y educarlos.
El entrenador tiene una vasta tarea por delante, abarcando labores relativas al juego, pero también aspectos que hacen al jugador como persona, integrante de una comunidad.
Como formadores de opinión, la faz educadora llevada a cabo por el entrenador implica una gran responsabilidad.
El entrenador es un auténtico formador de opiniones y ejerce una influencia decisiva en los niños respecto de actos y conductas que exceden el rugby y al deporte mismo.
La influencia educativa es muy grande y se transmite con su ejemplo personal, sus conductas y relaciones con quienes lo rodean. Es por esto que los entrenadores deben ser muy exigentes consigo mismos.
Desde su rol de educador en todo entrenador deberían estar presentes elevadas cualidades morales como honradez, espíritu de justicia, capacidad organizativa, firmeza de principios y persistencia, además de paciencia, sensibilidad y tacto.
En cumplimiento de su faceta educadora el entrenador debe darle un enfoque educativo a la práctica deportiva.
Con ello, el entrenador estará en condiciones de aportar a sus jugadores una formación integral que comprenda valores intelectuales (inteligencia, capacidad, discernimiento) sociales (respeto, disciplina, puntualidad) y también morales (honestidad, desarrollo de la ética).
El rugby debe constituirse como un medio idóneo para que el individuo logre y desarrolle su equilibrio físico, mental y espiritual para lograr vivir en armonía con los demás.
Si los niños y jóvenes crecen y se desarrollan bajo determinados valores éticos y sociales es probable que éstos sean trasladados y aplicados en su vida diaria. Ello es así porque las situaciones deportivas y el marco en que se llevan a cabo son trasladas muchas veces a la vida diaria.
Esta claro que la educación no es patrimonio exclusivo de la escuela o el hogar. En ese sentido, los clubes, a través de sus entrenadores y coaches, tienen una responsabilidad formativa en los niños. Como entrenadores y formadores de opinión contamos con una herramienta tremendamente valiosa que bien utilizada produce beneficios no solo en el rugby y sus protagonistas, sino también en la comunidad toda.
“Nada es tan contagioso como el ejemplo” Anónimo
En la página de Espartanos, la ONG que revolucionó las cárceles utilizando al rugby como herramienta de educación e inserción social para los presos, hay un video corto...
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