Uno de los jugadores más importantes en la historia del seleccionado guía a los Jaguares en su primera incursión en el Super Rugby.
Felipe Contepomi está capitalizando como entrenador la transformación de la que en parte él mismo fue artífice como jugador. El hombre que más partidos y mundiales protagonizó y más puntos anotó con la camiseta de los Pumas es uno de los entrenadores de Jaguares, equipo que desde la semana pasada se entrena para su primera participación en el Super Rugby. Un logro que se empezó a gestar con la conquista de la medalla de bronce en Francia 2007. Pero de aquel podio mundialista del que fue actor central a la semifinal alcanzada en Inglaterra 2015 hay un abismo en la realidad del rugby nacional. “La primera diferencia grande es que tenemos a todos los jugadores en la Argentina”, explica Felipe. “Y la otra es que hoy hay continuidad, hay chicos de un potencial enorme”, agrega.
Alejado de la práctica profesional tras el Rugby Championship de 2013, se retiró definitivamente a principios del año pasado, cuando un ofrecimiento de Daniel Hourcade para dirigir Argentina XV lo hizo colgar los botines y la camiseta de Newman. Fue una preparación para lo que se intuía: sería uno de los encargados de comandar los destinos del primer equipo argentino en el Super Rugby, considerado la NBA de este deporte. “Lo tomo como una oportunidad en la que hay muchísimo por hacer”, se entusiasma Felipe. “Pero a su vez es un desafío. Hay que cometer la menor cantidad de errores, seguir apuntando al objetivo principal de desarrollar el rugby, producir jugadores que alimenten al seleccionado y, a la vez, ser competitivos en el que es para mí el mejor campeonato del mundo.”
-¿Imaginabas que serías entrenador?
-Yo había dicho que el día en que me retirara iba a tratar de vivir el rugby con la mayor plenitud posible, no sabía si como dirigente, entrenador, periodista… Y lo que más me gustó es estar lo más cerca posible, como entrenador. Además tuve el incentivo de dos personas, que en algún momento de mi carrera me dijeron “vos tenés que entrenar”: Michael Cheika [director técnico de Australia] y Graham Henry [ex de All Blacks y ex asesor de los Pumas]. Si dos personas así te lo tiran.
-Fuiste dirigido por muchos entrenadores top. ¿Con cuáles te identificás?
-Rugbísticamente -y cuando jugaba dirigido por él participaba mucho en el planteo-, aquél con quien más aprendí es Cheika. Fue lo mejor que conocí. Hace partícipes a jugadores, les da responsabilidad. Comulgamos mucho en la forma de juego. Admira mucho a los argentinos y tal vez también por eso tuve mucha afinidad. Y con él estaban Mike Brewer, David Knox… También aprendí mucho en el seleccionado de Tati [Santiago Phelan] y el de Tano [Marcelo Loffreda].
-¿Cómo te definirías como entrenador?
-No me gusta definirme como entrenador individual, porque soy parte de un grupo de entrenadores. En eso hay buena complementación. Me interesan mucho las formas y cómo se logran las cosas más que el objetivo en sí mismo.
-¿Vas a tener una función específica?
-Somos asistentes de Raúl [Pérez], que es el head coach. Pero es importante definir funciones. Hablamos de que yo iba a encargarme del ataque; Raúl, de la obtención y del juego en general; El Negro [Martín Gaitán], de la defensa, y Cochi [José Pellicena], de las destrezas. Eso no significa que no podamos aportar en los demás aspectos.
-En un país exitista, después del cuarto puesto en el Mundial se va a exigirles resultados.
-Que haya expectativa habla muy favorablemente de lo que se viene haciendo en los Pumas. Pero nosotros lo tomamos con calma; esto es un torneo que no conocemos. Y la expectativa nuestra es ganar todos los partidos, pero la realidad es que los rivales no van a ser fáciles.
-Gran parte de este plantel tiene mucha experiencia en los Pumas. ¿Eso es una ventaja sobre el resto?
-No hay que confundir: no son los Pumas con otra camiseta. Nuestra función es preparar un equipo para afrontar un torneo de nueve meses. Tener jugadores de calidad, con experiencia, con un Mundial en sus espaldas debería beneficiarnos, pero no nos garantiza nada. Además, por la cantidad de viajes, por el fixture, por los lesionados que siempre hay, tenemos que ser inteligentes al manejar la rotación, para que cualquiera al que le toque actuar no resienta la estructura de juego.
-¿Qué hacen para que los jugadores diferencien bien entre Jaguares y Pumas?
-Parte de ellos. Esto es más como un club. El seleccionado es algo especial y no muchos tienen esa posibilidad. Cada uno es llamado al seleccionado por lo que hace en su club. Nuestra idea es ampliar esa base de jugadores para que los seleccionadores de los Pumas tengan un dolor de cabeza a la hora de convocar. En el Mundial se consiguió tener dos jugadores por puesto. Si nosotros agregamos otro, cumpliremos nuestro objetivo. Los dos equipos van a potenciarse, más que a diferenciarse.
-¿Van a intentar adaptarse al estilo de juego del Super Rugby o intentarán imponer uno propio?
-Vamos a plantear nuestro estilo de juego, pero en cierta forma ya los Pumas estaban haciendo uno afín al del Super Rugby. Pero este torneo te demanda otra intensidad, es más frenético. No significa que vayamos a cambiar la forma de jugar. No queremos revolear la pelota, no vale todo. Vamos a tener una estructura.
-¿Cuál será la identidad de juego de Jaguares?
-Nosotros no queremos compararnos con los Pumas. El tema es que los Pumas marcaron una forma de juego a la cual está yendo el rugby mundial. Sería muy necio volver al maul o la patada arriba. Que son armas totalmente válidas y contundentes si uno las desarrolla en el momento adecuado. Apuntamos a tener variantes. Hasta se puede intentar cosas con Jaguares que después adopten los Pumas. Es prueba y error. En el rugby internacional no se tiene esa posibilidad.
Por Alejo Miranda | Para canchallena.com
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