El medio scrum de los Blacks, Aaron Smith, sabe que el dolor de su derrota en la semifinal del Mundial ante Inglaterra, todavía sigue presente, el cual genera mucho dolor.
En diálogo con Rugbybricks, el número nuevo del seleccionado Kiwi, sostuvo que la derrota en Yokohama duele más ahora que en el momento posterior al partido.
Smith estaba en el banco de suplentes cuando terminó el partido y se dio cuenta de que cuatro años de trabajo habían terminado, y había tristeza por el hecho de que sería la última vez que muchos de los jugadores estarían juntos.
“Había tantos kiwis en esa tribuna y viendo lo emocionada que era enfrentar a Inglaterra, y ni siquiera podíamos estar enojado con ellos”, dijo.
El vestuario posterior a la derrota fue pura decepción. Smith dijo que darse cuenta de que Kieran Read, con quien había jugado tanto tiempo, no levantaría la Copa era una imagen difícil de sacarla de la cabeza.
Después del partido y de regreso con su familia, estaba entumecido. Pero dolió más un mes después que en ese momento, dijo.
“En ese momento era como, ‘¿qué demonios acaba de pasar?’ Sabes lo que pasó, sabes lo que salió mal, sabes dónde te equivocaste. Fue muy similar a la serie con Lions en 2017”, dijo Smith.
“También fue como perder ante Inglaterra en 2012, un partido en un año perfecto”.
“Solo he tenido esa sensación unas pocas veces con la camiseta de los All Blacks”.
“Fue triste, más triste cuando la gente se fue como el entrenador. Steve Hansen me eligió de la nada, pero me convirtió en el hombre que soy ahora. Simplemente sientes que lo decepcionaste. Me sentí mal por mi familia y amigos pero, en realidad, a ninguno de ellos le importa. Solo quieren saber si estás bien”.
Hansen les dijo que pararan de hacerse preguntas todo el tiempo y dijo que era una situación colectiva en la que todos estaban involucrados en la derrota.
“Era algo que no me gustaba escuchar. Fue realmente difícil de escuchar. Hubo algunos de los mejores jugadores del mundo que dijeron ‘Oh, fue mi culpa si hubiera hecho esto o si no lo hice’, pero lo bueno de eso fue que lo descubrimos después de hablar sobre cómo nos sentimos, me sirvió mucho ese momento”.
“En la revisión al día siguiente, Steve lo hizo con toda la sala, todos obtuvieron su minuto o dos minutos sobre cómo se sentían … había una gama variada de emociones”, dijo.
Sin embargo, el grupo de liderazgo también había abordado la respuesta que tendrían que afrontar el tercer y cuarto contra Gales.
“Todavía había una oportunidad de terminar bien, ser humilde y mostrarles lo que significa. Obtuvimos la medalla de bronce, genial, pero jugamos de la manera en que deberían jugar todos los partidos”, dijo.
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