CORDOBAXV entrevistó al ex presidente de la Unión Argentina de Rugby, Alejandro Risler, quien estuvo a cargo de la conducción de la UAR durante el 2006 y 2007, siendo esta una de las conducciones más criticadas en la historia de nuestro deporte. El rosarino habla de todo y opina sobre el futuro del rugby argentino.
CORDOBAXV entrevistó al ex presidente de la Unión Argentina de Rugby, Alejandro Risler (en la foto, sentado entre Hugo Porta y Raúl Sanz), quien estuvo a cargo de la conducción de la UAR durante el 2006 y 2007, siendo esta una de las conducciones más criticadas en la historia de nuestro deporte. El rosarino habla de todo y opina sobre el futuro del rugby argentino.
– Alejandro se te pegó muy duro en tu conducción del rugby argentino….
– Si, se me pegó muy duro pero bueno nos tocó un momento bisagra que afortunadamente a los que continúan no les toca vivir y tienen por delante un camino distinto al que nos tocó transitar a nosotros.
– Cuando asumiste como presidente a fines del 2005, pareció que le prestaron mucha atención a la parte económica de la UAR. Hoy que ya no estás en esa posición ¿no creés que había cosas muy importantes a tratar también más allá de lo numérico?
– Esto es como en tu casa. Si en tu casa la situación es de crisis y si la situación hace que no puedas pagar tus expensas, gastos centrales, etc., etc., tenés que hacer una racionalización y encontrar el modo de sacar adelante una entidad como lo es la UAR. Hay que tener en cuenta que gran parte de lo que pueda hacer el rugby argentino y el rugby del interior depende exclusivamente de la Unión Argentina. Lo que sucedió fue que encontramos una UAR que estaba en el medio del mar y la fuimos poniendo en orden en donde algunos politizaron esto porque creían que la UAR era rica y que la UAR podía hacerse cargo de toda la situación y seguir fomentando el juego como de algún modo lo pudimos hacer recién en el segundo año. Yo no quiero mirar para atrás y lo más importante es que hoy la UAR cerró un excelente balance, la situación patrimonial es totalmente distinta y bueno por delante ahora tiene Porfirio Carreras y toda su gente y quienes continúan, ya que se renovó medio consejo, encontrar el modo de llevar adelante este momento del rugby argentino el cual puede ser una bisagra para lo que viene y seguramente hay que trabajar mucho. Estoy seguro que algunos se van a sentir dañados o tocados en sus privilegios pero lo que hicimos nosotros fue no tomarnos, ni conceder privilegios para nadie.
– Es extraño lo que te pasó como presidente de la UAR porque fuiste muy criticado al igual que (el secretario) Raúl Sanz en donde se encargaron de poner en orden económicamente la unión pero dejando de lado muchas cuestiones que tuvieron que ver con lo deportivo, con un paro de jugadores y terminás tu mandato con un tercer puesto histórico en un Mundial…
– Vos sos un amante de este juego y quisiera que mires para atrás y que me digas si alguna vez Los Pumas tuvieron la preparación que tuvieron esta vez o la cantidad de partidos que tuvieron previos al mundial como lo fueron frente a Inglaterra, Francia, Bélgica y Gales más la preparación en Pensacola que fue espectacular. Así que bueno, pensamos que cuando se pudo hacer, hicimos prácticamente todo y afortunadamente como siempre dije, nos tocó un plantel de jugadores fantásticos que lograron algo maravilloso como lo fue el tercer puesto en el mundial de Francia.
– ¿Al mundial lo viviste como hincha, como presidente de la Unión Argentina, como un integrante más de la comunidad del rugby argentino?
– Si vos te acordás, mucho antes del Mundial estaba seguro que íbamos hacer un gran papel y creo que lo viví y me sentí un privilegiado por estar en la posición que me encontraba como presidente de la Unión en una situación como la que el rugby argentino no ha podido tener en el pasado y espero que pueda repetir en el futuro. He sido un privilegiado y lo reconozco como tal en donde viví muy lindos momentos ya sea como hincha, como ex jugador, como fanático de este juego, como dirigente y como miembro de la comunidad del rugby.
– ¿No te parece que somos terceros a nivel deportivo pero no así a nivel estructura?
– Acá para tener una estructura es como el tema del huevo y la gallina y pienso que primero hay que encontrar una competencia que justifique tener la estructura, caso contrario vas a hacer una casa enorme y te faltan los habitantes de la casa.
– ¿Cuál fue tu objetivo a la hora de plantear el cambio de estatuto?
– Nosotros teníamos un compromiso tomado con el IRB y con países del rugby mundial de cambiar los estatutos porque nuestros estatutos actuales no autorizan, no permiten el rugby profesional en nuestro país. Nuestra propuesta era sacar algo así como unos sesenta o setenta jugadores con contratos locales de modo tal que con ese grupo de jugadores podamos insertanos en cualquier competencia internacional de calidad que nos permita poder contar con esos chicos. Hoy uno de los problemas que tenemos es que cualquier partido que se organice fuera de las ventanas internacionales como lo es el ofrecido por Sudáfrica para Agosto, y Argentina al no tener a los jugadores disponibles, debe de una manera u otra requerirlos y hasta mendigarlos a quienes tienen a los jugadores que son los clubes profesionales.
– Si, un problema ya común que se vive desde hace un par de años…
– Y justamente todos hablan de armar una gran estructura profesional y yo pregunto ¿para qué? Si nosotros no tenemos una competencia que justifique hacerlo. Te encontrás con el bache económico que le sucedió a la UAR en el año 2005, es decir, teníamos una súper estructura de gente en la UAR en donde debíamos pagar sueldos, gastos que afrontar, viajes, etc. y que sucede, te econtras que tenes la caja vacía y que fue lo que sucedió.
– Entiendo tu postura pero el que no está en Buenos Aires, es decir fuera de la General Paz, siente como que el rugby del interior se vio muy perjudicado sobre todo por la competencia porque no la hubo a nivel nacional y porque más allá del Campeonato Argentino, no hay otra que tenga ritmo de competencia. Es como que estamos en deuda en ese sentido.
– No coincido con vos porque en los últimos dos años la única competencia que no se hizo fue la famosa Quality, donde jugaban los terceros y cuartos de cada unión que seguirían a los dos equipos que jugarían el Nacional de Clubes y fue la única competencia que no se logro realizar. En el camino hicimos el Campeonato Argentino Juvenil el cual estuvo cubierto de manera completo por la UAR. Se hizo el Nacional de Clubes como así también logramos que todas las competencias regionales del país sean costeadas por la UAR. Se han costeado unos 300.000 km de transporte de unos 130 clubes que de esa forma pudieron participar de diferentes campeonatos, ayudando no solamente a los clubes, sino también a las uniones. La situación de las uniones en el 2005 era muy mala y recuerdo perfectamente que Córdoba tuvo que pedirle un préstamo a Buenos Aires y más allá de esto, sé positivamente que la situación de las uniones en este momento es totalmente distinta. Es decir al hacernos cargos de traslados, comidas, etc., la situación de los clubes y las uniones se cambio radicalmente.
– Muchos piensan que con la nueva conducción de la UAR, se fueron los malos de la película y llegan los buenos de la película. ¿Sentís que esto es así y que se deberá esperar a como son las cosas con Porfirio Carreras?
– En este caso sería yo el malo de la película (risas)…..pero vos te acordás que en las mejores películas siempre ganaban los malos (risas)….
– Muchas veces pasa que uno no logra ponerse de acuerdo con
la decisión que puede tomar un dirigente de cualquier institución pero de ahí que se le pegue duro a la persona como te pasó a vos y al "Ruso" (Sanz) eso supera todos los límites.
– Raúl es como un hermano para mí y somos amigos desde hace cuarenta años y por sobre todas las cosas te puedo decir que nos hemos divertido muy mucho. La verdad es que me tiene totalmente sin cuidado francamente eso. Cuando uno hace ciertas cosas a la edad que yo tengo, lo más importante es saber que uno tiene la conciencia tranquila y te juro que la tengo. Hicimos lo que teníamos que hacer, en el momento que lo creímos, algunos callos habremos pisado, algunos se habrán sentido molestos y otros lastimados pero estoy convencido que todo lo hicimos por el bien común y hemos tenido el gran apoyo de mucha gente y no puedo dejar de acordarme de Marcelo Ambroggio que es un tipo que estuvo arremangado a la par nuestra desde el primer día y así a mucha gente que siempre apoyo cada uno de nuestras decisiones.
– ¿Y ahora que vas hacer de tu vida? ¿Te vas a sumar a Plaza (por Atlético del Rosario)?
– Hace unos días entregamos la conducción de la UAR y unos días después estuve en el club en donde varios me cargaban que me iban a cobrar doble cuota, así que volveré a estar en donde están mis hijos, también tengo una nieta, y entiendo que voy a entrenar una M20.
– Es decir que te pones los cortos de nuevo…
– Siempre me gustó más estar más cerca de eso que del saco azul así que volveremos a entrenar si se puede.
– ¿A donde estamos parados como Unión Argentina en el mundo, después del tercer puesto logrado en Francia?
– Estás parado en una situación de muchísimo respeto por parte de las uniones del mundo, somos un caso absolutamente atípico, este tema es muy largo pero nosotros creemos que el rugby profesional en la Argentina es inviable como otros deportes tratan de hacerlo de modo profesional y no son exitosos. No tenemos la posibilidad económica de que sea rentable, mover equipos de cuarenta a cuarenta y cinco jugadores a lo largo y ancho del país en donde no nos pueden acompañar los ingresos pero estoy seguro de que la competencia internacional va a aparecer mucho más rápido de lo que la gente se imagina. Este año el tema de la Currie Cup es un hecho. Nosotros a fines del año pasado le hemos hecho una presentación formal a el IRB para ser considerados al próximo mundial del 2015 en donde se espera el gran apoyo de empresarios nacionales y también se intentará pedirle apoyo al gobierno, lo que de ese modo cambiaría la imagen del rugby en la Argentina y es una linda bandera a seguir para conseguir la sede de esa copa del mundo. En abril próximo Bernard Lappase estará en nuestro país y seguramente entre otras cosas se hablará de este tema.
– Sería bueno que el dirigente no le mienta a la gente y que diga que vamos a jugar el Tres Naciones o el Seis Naciones, sabiendo que hoy eso es algo imposible…
– Lo que sucede es que hay una gran ansiedad por parte de muchos para que estemos en una competencia internacional. Yo creo que nunca mentí y fijate que la competencia del Tri Nations, es una competencia de tres naciones, de tres uniones y es una torta que tiene contratos hasta el año 2010 en donde es un contrato que el principal ingreso no esta en el ticket sino en la televisión; es más, te diría que el 75 % de los ingresos llegan a través de la TV y si te fijas mucha gente a la cancha no va, y es por eso que el contrato de la televisión es esencial. Nosotros creemos que como así lo ha determinado el rugby mundial hay que mirar hacia el hemisferio sur e ir formando a mi forma de verlo una estructura de 60 ó 70 jugadores y que cuando surja la posibilidad de competir a primer nivel tengas con que hacerlo, caso contrario esto se va a seguir dilatando y lo que tiene que pensar el rugby argentino es que tenemos que estar listos para cuando se nos abra una puerta.
– Ojala que se pueda abrir alguna puerta en cuanto a la competencia internacional y que todo el esfuerzo hecho por Los Pumas en el mundial de Francia no quede en un DVD como solamente un recuerdo sino como algo histórico que nos permita poder seguir creciendo.
– Lo más importante es que no nos olvidemos de que en el rugby argentino hay intereses atípicos y el valor esencial está en los clubes y nosotros tratamos de soportarlos económicamente como para lograr que ellos puedan afrontar los gastos y traslados y creo que ahí debemos apuntar y no dejar de mirar a nuestros clubes porque es ahí en donde se va a continuar nutriendo a nuestro juego y nuestra comunidad y por sobre todas las cosas para que se puedan seguir manteniendo cosas que son únicas de nuestro deporte.
Por Martín Quetglas