Algo está pasando en el lejano Oriente con el rugby

Amigos, en el lejano oriente están sucediendo cosas que calan hondo en mi empecinado corazón rugbista…
Emociones que viajan miles de kilómetros, por canchas y mares exóticos, golpean fuerte en la nostalgia y en la añoranza de mi sangre, que dice presente en aquellas lejanas tierras de Timor, dispuesta a dejar huellas que perdurarán para siempre.
Si mis conocimientos geográficos no me traicionan y mi memoria no falla, mi hermano Javier ha paseado su rugby por los cinco continentes…jugó en Argentina, en varios países de Centro América, Uruguay, Inglaterra, España, Portugal, Sudáfrica, Timor, Bali…
Como bien saben, Javier que ha sido el agitador y principal promotor en la creación del seleccionado de la isla de Timor, ha sumado un nuevo récord a su extensa e inagotable carrera deportiva…
Ya que no sólo podrá tal vez estar ya en los Guinnes (con sus 49 años y jugando activamente para un seleccionado nacional -Timor Oriental-), sino que además también se ha dado el gusto de entrar a la cancha representando a este país, con su hijo menor, Vicente!!!
Tal vez sea un hecho intrascendente para el común observador, y quizá solamente un partido más de los tantos en los que mi hermano ha regado con su sudor y pasión cada cancha que ha pisado.
Pero yo no lo creo así. Porque sé que en cada minuto de juego, de ese enorme jugador que no se resigna a claudicar, el corazón granate y oro le está latiendo con un fuego eterno.
Tengo la certeza, por tantas charlas y desvelos, imaginando un Club soñado, que su historia palermitana lo empuja hacia adelante, siendo su principal motor y energía.
El Club lo marcó para toda la vida, como ha tantos de nosotros. El Club se nutrió de su juego y él se llevó en su mochila viajera, toda la voluntad y pasión de una camiseta que derrocha mística.
Gracias hermano querido…!! gracias ahijado querido…!!, por seguir escribiendo también la historia de nuestro Club junto a sus hijos, allá en los confines del mundo…
El Club somos nosotros y nuestros sueños… y en ese sueño eterno, puedo ver a mi hermano todavía corriendo feliz tras una guinda, con su hijo dentro de la cancha…
Manolo Calviño