La historia parece que se repite en la IRB Rugby World Cup y, aunque Australia le tenía tomada la medida a Inglaterra en los partidos previos a la IRB Copa Mundial de Rugby (había ganado los dos últimos), el que valía era éste de cuartos de final de la RWC.
PARÍS – La historia parece que se repite en la IRB Rugby World Cup y, aunque Australia le tenía tomada la medida a Inglaterra en los partidos previos a la IRB Copa Mundial de Rugby (había ganado los dos últimos), el que valía era éste de cuartos de final de la RWC.
Ya en la RWC 1995 un drop de Rob Andrew (hoy director deportivo de la Rugby Football Union) eliminó a los Wallabies en esta misma fase en Ciudad del Cabo.
Hasta 2003 no se volvieron a encontrar en un partido de RWC. Fue en la final de Sídney en la que un certero drop de Jonny Wilkinson le ponía punto final a las esperanzas de todo un país de retener la RWC en su propiedad.
La RWC 2007 se iniciaba con una Inglaterra en horas bajas, con cambio de entrenador-Brian Ashton asumió su papel con la estrella Jonny Wilkinson lesionado- y con muy malos resultados previos (cuatro partidos ganados de diez disputados antes de la RWC).
Australia venía con los deberes hechos. Segunda en el Ranking oficial y habiéndole ganado a Nueva Zelanda, la clara favorita, en el Tri Nations de este año. La primera fase de los Wallabies fue casi un trámite, en el que consiguieron cuatro victorias fáciles y en las que lesiones de hombres importantes como el apertura Larkham marcarían el devenir de quien fuera campeón del mundo en 1991 y 1999.
Tras la primera fase, el declive
El partido de cuartos de final se anunciaba como una revancha para Australia, que no debería tener compasión de Inglaterra. Pero los inventores del rugby tenían un as guardado en la manga y lo sacaron. Tenían casi treinta y un años de promedio los del equipo inglés que venció ayer por 12-10 a unos perplejos australianos que no supieron reaccionar a la magnífica defensa del XV de la Rosa, ni a los reemplazos que trajeron aire fresco para soportar la tempestad austral.
El técnico Wallaby, John Connolly se expresaba en estos términos acerca de la actuación de los suyos: "Fue nuestra peor actuación del torneo. El scrum de Inglaterra nos complicó. Inglaterra controló muy bien las formaciones móviles.
Lo extraño del partido fue que Australia no jugó como debía cuando tuvo que hacerlo. El entrenador fue claro: "Perdimos un poco la compostura y cometimos errores que nunca hacemos, hicimos cosas de las que no nos enorgullecemos. Fue un partido en el que no estuvimos dentro del partido, concluyó Connolly.
La vuelta a casa
Ahora les toca hacer las maletas para los bicampeones del mundo. Caras largas y decepción. Además, un sabor amargo para las estrellas que se retiran, como el ex capitán George Gregan, que no podía ocultar su desilusión: "Absorberemos esto todos juntos. De eso se trata (el rugby y el formar un equipo), manejar el éxito y las derrotas" dijo el medio scrum originario de Zambia.
Australia, que solo había sido eliminada una vez en los cuartos de final (precisamente ante Inglaterra por 25-22), repite la peor actuación de su historia en RWC. La factura que este contratiempo pueda tener en el rugby de la isla es, en términos de su actual técnico, no demasiado importante: "No creo que lleve mucho tiempo", respondió John Connolly a la pregunta de cuánto tiempo llevaría al equipo recuperarse de esta derrota.
Además, el optimista técnico resaltaba la paridad existente hoy día en el rugby mundial: "No hay mucha diferencia entre los All Blacks y el número dos, tres, cuatro, cinco o seis del mundo. Puede ganarle uno a otro cualquier día". Y lo decía antes de disputarse partido entre Nueva Zelanda versus Francia.
Tiempo de despedidas
Otro de los que dejará de vestir la camiseta color oro es el legendario Stephen Larkham, apertura con 103 encuentros internacionales, que se lesionó en un entrenamiento tras vencer con claridad a Japón por 91-3. Este sería su último partido y así se expresó sobre la manera en que terminó su carrera internacional: "No es un final de cuento de hadas pero la vida es así. Estoy muy desilusionado por los muchachos. Es bastante emotivo, pensar en el hecho de que no jugaré para Australia de nuevo".
Los Wallabies partirán hacia su país mañana mismo y con ellos las ilusiones de volverse a casa con un preciado trofeo, el William Webb Ellis, al que tendrán que esperar otros cuatro años más. Y la historia se repite.
irb.com