La Tablada logro el título de campeón que organiza la Unión Cordobesa de Rugby derrotando en la final a su clásico rival Tala Rugby Club, un año con muchos festejos.
Al conjunto de la Tablada el año 2006 le cierra con una gran sonrisa, en primer lugar porque logro coronarse campeón luego de varios años sin cosecha en este rubro, la última vez fue en el 2003 cuando fue entrenado por Marcos Caldo, y en segundo lugar porque conformo un plantes después de sufrir un gran recambio, donde combino la juventud de los nuevos valores y la experiencia de aquellos que hace años visten la azulgrana.
Su año no tuvo un buen arranque, y si bien con el paso de los partidos fue acentuándose tuvo que pasar la primera fase para poder superar en expectativas a los dos candidatos que el 2006 tenía como fija: el Córdoba Athletic y el Tala Rugby Club. Estaba claro que desde el inicio del torneo el último campeón y subcampeón tenían todos los méritos para luchar nuevamente por el podio; pero el buen trabajo realizado por todo el equipo de Urca comenzó a revertir esa imagen y además su excelente producción y el potencial ofensivo mostrado logro llevarlo como el gran candidato y ese mote no le peso porque logro el cometido y fue el mejor equipo del 2006.
Tuvo muchas figuras en su equipo, el destape de Gastón Revol que se convirtió en el goleador del equipo, el excelente desempeño de Borgioli y Felipe Leonelli que fueron claves en cada uno de los partidos que ingresaron al campo de juego, y por sobre todas las cosas la gran figura del equipo fue Rodrigo María que fue el gran eje de un equipo con mucho volumen de juego y potencia defensiva.
Pero nombrar a tres jugadores es ser egoísta, porque Diego Beslich fue también muy importante en el juego aereo, Rogelio Cabanillas se consagró como uno de los mejores medios de Córdoba, Patricio Kember y Francisco Petrino fueron la mejor compañía para el hooker; y muchos más. Al final creo que todos los que formaron este plantel fueron figuras.
Su goleador Gastón Revol sostuvo al matutino la Voz del Interior lo siguiente:
Pese a su cualidad de gran pateador, confiesa que lo que realmente disfruta son los tackles. Puesto a elegir, no duda: "Entre convertir o un tackle, me quedo con un tackle salvador, en la última línea defensiva". Es por esto que las jugadas de la final que más recuerda son dos tackles, a Nicolás Rivas y a Pedro Garzón, en los momentos de mayor intensidad del ataque de Tala.
Confiesa, también, que en sus no tan lejanos días de juveniles no le gustaba demasiado tacklear. "Pero un día, cuando jugaba en M15, uno de los entrenadores me dijo después de un partido en el que no había tackleado que era un cagón. En el partido siguiente, pensé solamente en tacklear y le agarré el gusto".
Coincide, Gastón, con sus compañeros y entrenadores: la razón primaria del éxito es el compañerismo. "El grupo se unió tras perder con Universitario, en la tercera fecha. Nos juntamos a comer en la casa de Carlos Bini porque notamos que no estábamos bien unidos, particularmente entre los más grandes y los más chicos. Luego hicimos un par de fiestas, continuamos con las cenas y nos convertimos en verdaderos amigos".
Gastón agradece a Martín Menéndez, uno de los entrenadores. "Me ayudó cuando yo no andaba bien". El mismo Menéndez y "Lumumba" Masjoan fueron los primeros en abrazarlo, cuando quedó tirado en el suelo, apenas terminó la final. "Estaba muerto. Participé en el penúltimo ruck y me quedé sin aire, no podía respirar". Ahora, ya campeón, respira hondo y al tiempo que disfruta piensa en el próximo objetivo: el Argentino M20 en Mar del Plata.
Informe: Luis Oviedo Ortiz