Bautista Delguy ya no necesita presentación alguna. De gran presente, el wing de Los Pumas acapara la atención cada vez que entra en contacto con la pelota y es sin dudas una de las grandes revelaciones de la actual temporada, tanto en el Seleccionado Mayor como en los Jaguares.
Sin embargo, hace cuatro años atrás, con apenas 17 años el jugador formado en Pucará empezó a forjar su camino y tuvo como bautismo, los Juegos Olímpicos para la juventud disputados en Naijing, China.
“Tengo los mejores recuerdos de aquellos Juegos. Armamos un grupo humano muy lindo y tuvimos buenos resultados en la competencia en la cual llegamos a la final ante Francia. Fue un mes en China, inolvidable.”, expresó Delguy, integrante de aquel plantel que obtuvo la medalla de plata, tras caer en la final ante Francia.
Con un póker de años de experiencia sobre sus espaladas, el jugador de los Jaguares no duda en darle un significado trascendental a aquellos juegos juveniles y así lo refleja: “Para mí significo un montón; poder salir del país, ir a China, un país que no conocía y representar al país en un juego olímpico fue una gran experiencia para mí y me sirvió para darme cuenta que si quería dedicarme de lleno a jugar al rugby, debía entrenarme como lo hacían los otros atletas y dedicarle la mayor cantidad de tiempo posible al deporte, para poder seguir estando convocado en un futuro.”
Con un juego tan impredecible desde aquel entonces, Bautista vivió aquella experiencia con varios jugadores que aún continúan en el sistema de los seleccionados de la UAR. Para todos, Naijing fue su primera experiencia y sin dudas un recuerdo imborrable.
“Lo que más me sorprendió fue entrar a la Villa Olímpica. También la diferencia que había de entrenamiento con otros atletas. Yo era un deportista muy amateur que solo jugaba en juveniles con mis amigos y la verdad que la diferencia que había fue algo muy impactante.”, sentenció el tryman.
Con la cercanía de los Juegos Juveniles que se desarrollarán en Buenos Aires, Delguy acepta el pedido y deja su consejo para los chicos del Seleccionado que dirige Lucas Borges: “A los chicos de hoy les diría que lo disfruten al máximo, ya que sin dudas será algo increíble poder representar al país y tener a sus amigos o familiares cerca alentandolos. Sin dudas todos vamos estar haciendo fuerzas por ellos y ojala que les vaya lo mejor posible.”
Ya pasaron cuatro años de Naijing y ahora es el turno para Buenos Aires. La experiencia de Delguy será única e irrepetible, como la que le espera a los 12 integrantes del Seleccionado M-18, que entre el 13 y 15 de octubre buscarán escribir su historia en la Boya.
Comunicación UAR
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