La Federación Inglesa de Rugby está en el punto de mira, pero se niega a dar explicaciones sobre varios asuntos. Y esto es lo que agita fuertemente a la prensa en todo el Canal de la Mancha. ¿Pero a qué se le echa la culpa? De hecho, la RFU reveló un balance muy negativo en el último informe anual: cerca de 46 millones de euros de pérdidas durante el último ejercicio.
El problema (además) es que este informe no deja de especificar la naturaleza y el importe de las bonificaciones concedidas durante el mismo período. Así, el director general Bill Sweeney fue recompensado con una bonificación por “plan de incentivos a largo plazo” que asciende a 358.000 libras (430.000 euros), lo que eleva sus ingresos anuales hasta 1,1 millones (1,32 millones de euros). Otros cinco ejecutivos que ocupaban las oficinas de Twickenham se beneficiaron de una bonificación combinada, cuyo total rozaba el millón de libras.
Un conjunto de datos que hacen reaccionar al microcosmos del rugby inglés, con uno de sus embajadores más brillantes a la cabeza: “Estoy seguro de que no soy el único que piensa que esto es un insulto a todo el público del rugby inglés”, proclamó Sir Clive Woodward, ex entrenador del XV de la Rosa, ganador del Mundial de 2003 y columnista del Daily Mail.
Más allá del silencio ensordecedor de los funcionarios para justificarse, el contexto en el que estalló este asunto es particularmente sorprendente. Desde el punto de vista financiero, ya hace varios años que es tiempo de restricciones presupuestarias. La federación despidió a cuarenta empleados. Y en el aspecto deportivo, la selección masculina, escaparate del rugby inglés, ha perdido siete de los doce partidos disputados este año.
“Esta gente necesita mirarse en el espejo, asumir la responsabilidad y responder a la prensa”, dice Clive Woodward que lo hizo después de perder varios partidos en el último mes […] No se puede esconder, necesitamos tener más respuestas”.
Para comprender mejor estas cifras, el informe recuerda que el 80% de sus ingresos provienen de los partidos del XV inglés en Twickenham, con una venta de entradas que genera más de 10 millones de libras por partido.
Años de Mundiales inevitablemente dejan un vacío en las finanzas. Sabiendo que los partidos de preparación para el Mundial (que no necesariamente fueron un éxito para los hombres de blanco) son menos seguidos.
Pero todas estas explicaciones no son suficientes para dos ex dirigentes de la RFU que piden la dimisión de Bill Sweeney y Tom Ilube, miembro del comité directivo. Graeme Cattermole (miembro del comité de 2001 a 2004) y Francis Baron (director general entre 1998 y 2010) firmaron un artículo en el Times en este sentido.
Lo mismo ocurre con las uniones de clubes, que recuerda que “el rugby amateur está muriendo” y que “esta temporada se han registrado 300 bajas”.
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