Dos de los compañeros de Caleb Clarke han hablado sobre el carácter suave y relajado que constituye uno de los portadores de pelota más agresivos del rugby de Nueva Zelanda.
Clarke ha jugado solo dos test para los All Blacks, haciendo su debut en la primera presentación de la Bledisloe Cup en Wellington para dar inicio a la temporada internacional 2020. Pero sus asombrosas actuaciones ya lo han comparado con Jonah Lomu con el atletismo y el físico que aporta el wing de Blues.
El joven de 21 años fue la estrella de Nueva Zelanda en la victoria sobre los Wallabies en Auckland y seguramente será el punto de ataque en donde Australia deberá prestar mucha atención. Pero mientras está desenfrenado en la cancha, los compañeros de equipo internacional de Clarke, Dane Coles y Sam Whitelock, dicen que es una persona muy diferente fuera de la cancha.
“Es un personaje bastante relajado, estaba bailando en el gimnasio esta mañana”, dice Coles.
“Siempre está feliz y canta y baila, pero tiene la capacidad de activar el interruptor cuando se trata de tiempo de juego”.
“El desafío para él será estar a la altura de lo hecho en las dos actuaciones anteriores, y esperemos que así sea”.
Los jugadores de Wallabies pueden tener dificultades para estar de acuerdo con la idea de que Clarke es un personaje suave. Corrió 123 metros en el segundo test match, un promedio de 15,4 por acarreo, y rompió 10 defensas de tackles, incluidas cinco en una carrera que Ardie Savea apoyó un try.
La inyección de Clarke en los All Blacks ha sido el resultado de una temporada estelar en el Super Rugby con los Blues, que lo vio ganarse un lugar en la punta izquierda, forma que se ha transferido a la camiseta negra.
“Es un hombre grande y fuerte … es impresionante verlo cuando corre por la cancha”, dice Whitelock.
“Lo he enfrentado en el Super Rugby y es una pesadilla tratar de enfrentarlo, así que espero que tome esa forma en las próximas semanas”.
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