Ambas delegaciones llegaron anoche a Chubut y fueron saludadas por un centenar de personas.
Ambas delegaciones llegaron anoche a Chubut y fueron saludadas por un centenar de personas. “No es sano hablar de los problemas antes de los partidos”, señaló Agustín Pichot
TRELEW, Chubut.- Los cuatro grados de temperatura no resultaron impedimento para que un centenar de personas se haya acercado hasta el aeropuerto de esta ciudad para recibir a la delegación de Gales, primero, y a la de la Argentina, después. A 65 kilómetros de aquí, en Puerto Madryn, galeses y argentinos chocaran el próximo domingo en el primer test-match de la serie.
Tal vez era predecible semejante bienvenida para los europeos, pues por esta zona se situaron hace años cientos de familias descendientes de galeses, que se establecieron a lo largo y a lo ancho del valle del río Chubut. Y en cuanto a los Pumas, si bien aquí el rugby no es el deporte más popular, la fiebre por Pichot y compañía viene en aumento.
El seleccionado argentino, que no se juntaba hace seis meses y medio, cuando se reunió en Genova para enfrentar a Italia, arribó a las 20 a esta ciudad e inmediatamente viajó hacia Puerto Madryn. Los Dragones Rojos, en cambio, se alojarán en Trelew hasta mañana, luego visitarán Gaiman, la mayor colonia galesa en el país, y sólo el viernes llegarán a la sede del choque del domingo.
En Buenos Aires, antes de partir, ambas delegaciones se cruzaron en el Aeroparque. Allí, Agustín Pichot charló unos minutos con el coach gales, Gareth Jenkins. Luego, el medio scrum argentino, que aún no había opinado sobre el conflicto con los dirigentes de la UAR, señaló: “No es sano hablar de los problemas antes de los partidos. Lo que sucedió es que venimos reclamando hace seis meses. No vale la pena buscar matices políticos, ya se sabe nuestra postura”.
Ricardo Handley y José Luis Rolandi fueron los dos dirigentes que acompañaron a la delegación argentina.
“Con toda esta presión y ante la adversidad nos vamos a preparar como siempre durante estos días para dejar todo en la cancha. No por las críticas dejaremos de pelear por el equipo, el problema ya está planteado. Los que volvemos a estar ochenta minutos en una cancha somos nosotros”, continuó el referente de los Pumas, en un intento de dejar en claro que la unión del plantel es irrompible y que las diferencias con los dirigentes aún continúan.
Un lugar inédito, en el sur del país, será el escenario, por primera vez, de un test-match. Más allá de sus protagonistas, el encuentro cobró mayor importancia por todo lo que significará para el futuro del rugby argentino, que todavía no se recuperó de su peor crisis, pero que desde aquí intentará dar un paso en busca de la mejoría.
Por Santiago Roccetti (Diario La Nación)