Carlos Araujo: "No creo que haya salvadores"

Cuatro años pasaron de aquella huella que dejaron Los Pumas comandados por Daniel Hourcade en Inglaterra 2015, llegando a semifinales de la Copa del Mundo y caer con Australia en Twickenham, hecho histórico para nuestro rugby, el cual se consiguió por segunda vez en los 120 años de vida que tiene la Unión Argentina de Rugby. Carlos Araujo, ex Presidente de la entidad madre de nuestro deporte, habló con CORDOBAXV de la regla e imposición que se gestó en su mandato a la hora de convocar a Los Pumas, jugadores que militan en el exterior como así también de la salida de Daniel Hourcade y la llegada de Mario Ledesma y Gonzalo Quesada a los dos seleccionados más importante que posee la estructura UAR.
Tras la mala ventana de noviembre del seleccionado nacional bajo las órdenes del “bocha” Ledesma en donde quedaron muchas dudas sobre todo en formaciones fijas como el scrum, se apeló al llamado de jugadores de nuestro país que militan en el exterior, con la finalidad de aportarle nivel al equipo en esa formación, pero la verdad, es que la ecuación cambió muy poco. ¿Por qué esa insistencia con los jugadores que están en el viejo continente y no poner la mirada en los que defienden tanto la camiseta de nuestro seleccionado nacional como la de Jaguares en el Súper Rugby? ¿Es falta de confianza a lo que tenemos en nuestro país o es parte de un juego de marketing de jugadores que que están en Europa y no saben cómo llamar la atención de Ledesma y compañía para ser tenidos en cuenta en la máxima cita de nuestro deporte como lo será Japón 2019?
Araujo, ex Presidente de la Unión Argentina de Rugby -2014/2018-, habló con CORDOBAXV sobre la regla impuesta en su momento bajo su presidencia, en donde no se podían convocar a Los Pumas a jugadores que estén desempeñándose en el exterior, ley recontra conocida por todos en el ámbito del rugby nacional.
-¿Cómo le cuesta al argentino entender una regla y cumplirla, no?
– Y la verdad que sí. Somos un país indómito en donde todos son o se sienten el centro del universo, entonces es complicado cuando estás en esa situación.
-Bajo su presidencia en la Unión Argentina de Rugby, ya se venía participando en el Rugby Championship y posteriormente llegó el ingreso al Súper Rugby en donde le tocó junto a su Consejo Directivo darle forma a si se convocaba o no a los jugadores del exterior. ¿Qué lectura usted puede hacer hoy, quizás un poco más alejado de la UAR?
– Veo que hay una política de continuidad más allá de no conocer en detalles algunos aspectos y más aun que no estoy participando porque no estoy en el Consejo, pero me parece que hay una política de continuidad. Tanto Marcelo Rodríguez –Presidente de la Unión Argentina- y todos sus consejeros, vienen trabajando en una línea que ya veníamos trayendo de la época de Luis Castillo y Porfirio Carreras y realmente hoy no tengo críticas para hacerle a la cúpula dirigencial.
-¿Será el tema de que es un año mundialista que reaparece el tema de convocar o no a los jugadores que están jugando en el exterior quienes parecieran que van a ser los salvadores de Los Pumas en Japón?
– No creo que haya salvadores, tenemos un equipo muy consolidado como lo es la franquicia de Jaguares que es la base de Los Pumas. Me parece que hay seis meses por delante para ver en qué condiciones llegaremos al mundial y ahí Mario Ledesma estará mirando, analizando cómo fue el desarrollo de Jaguares en el Súper Rugby y ahí armará el equipo para jugar el Rugby Championship reducido y básicamente creo que ese va a ser el equipo que va a llevar al Mundial. A mí me parece que realmente hay que esperar, son tiempos de mirar la evolución de muchos jugadores nuevos como Domingo Miotti o Joaquín Díaz Bonilla quien tendrá la posibilidad de consolidarse como apertura y seguramente en los próximos seis meses el entrenador de Los Pumas dirá quién es mejor que otro sin olvidarnos que durante los primeros seis meses del calendario pueden aparecer lesionados, ojalá que no.
-En definitiva si Ledesma considera que algún jugador es clave en su plan de juego o estructura lo puede convocar sin problema a cualquiera de las actividades que tengan Los Pumas por delante….
– Pero seguro que así va a ser. Ya lo dijo Marcelo Rodríguez y el Consejo de la Unión Argentina. Si un entrenador te pide un jugador, dos jugadores, seis jugadores, lo que sea, serán otorgados sin problemas. El Mundial es una competencia muy importante la cual está por encima de otra consideración. Si Ledesma pide jugadores, se los van a otorgar, no me cabe ninguna duda porque los conozco a los consejeros y sé cómo actúan y cómo piensan.
-¿Cómo viviste el año pasado el cambio de entrenador de Los Pumas siendo que vos fuiste uno de los que más apoyó a Daniel Hourcade, quién no se terminó yendo de la mejor forma y cómo analizas la llegada de Mario Ledesma?
– Lo de Daniel terminó siendo el cumplimiento de un ciclo. Hay que entender las expresiones de Hourcade en su momento en donde el equipo no estaba rindiendo y era lógico que él le diera paso a Ledesma. Si bien el cambio de entrenadores es traumático en este caso ha sido consensuado. Lo de Hourcade fue un proceso muy exitoso que pasó un gran momento el rugby argentino y bueno, terminó. Llegó Ledesma, hizo una muy buena temporada con Jaguares, clasificó a cuartos de final en el Súper Rugby el año pasado y ahora se merece llegar al Mundial con todos los pergaminos.
-¿Te gusta que tanto Jaguares como Los Pumas estén conducidos por ex jugadores de Los Pumas, quienes conocen muy bien el paño?
– Mirá, Argentina no tiene entrenadores rankeados; por suerte tenemos a Quesada, Ledesma, entrenadores que están probados internacionalmente y que han podido conducir equipos “taquilleros” -para llamarlo de alguna manera-, equipos exitosos así que es lógico que estos muchachos que se desarrollaron en el extranjero, que fueron profesionales como el mismo Andrés Bordoy –es un tapado- se hayan desarrollado afuera y hoy se encuentren en nuestro país. Estoy totalmente de acuerdo que este tipo de personas conduzcan o estén en el máximo nivel de importancia del rugby argentino.
Por Martín Quetglas
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