El Ingeniero “Cacho” Valdez, nos envío un carta en la cual el club Universitario de Tucumán le dedica un espacio al “Mono” Quetglas (Padre) tras su paso por el rugby tucumano.
Al Mono Quetglas (padre)
En pleno apogeo deportivo, coincidente con la llegada de Eduardo Quetglas a Tucumán, asomó un relajamiento en la disciplina del plantel de mayores en UNIVERSITARIO RC. Es que los jóvenes habían crecido en juego y personalidad incidiendo éstos en sus relaciones con el director técnico, en el sentido de las capacidades específicas comparadas. Alguno de ellos sobreestimaban las propias, sin desmerecer las del DT, quizás con razones más que valederas. Pero para entonces, la democracia en el Club sólo tenía vigor fuera de sus lindes porque lo que es adentro, no funcionaba.
Los modos, las maneras, debían ser muy especiales para no provocar la indisciplina capaz de dañar la historia y fue entonces cuando el DT jugó su carta “utilizando” la llegada al Club del “Mono” Quetglas. Carta brava porque lo designó capitán de la 1era. División y se trataba de un “extranjero”, que, no era un cualquiera ya que traía consigo su voluminosa currícula de talento deportivo apoyado en un fuerte carácter y enorme temperamento.
En realidad, UNI ya tenía lo suyo, que era bastante, pero él contagió en el ánimo colectivo, la inquebrantable necesidad de ser siempre los mejores en el juego, para lo cual el alma y las habilidades debían convivir estrechamente y jamás pensar en perder.
Dentro de la cancha fue excelente jugador y compañero y fuera de ella, mejor amigo. Impetuoso, personalista y muy seguro de lo que hacía, era el jugador que las quería a todas y las corría a todas.
Su interior -según mi apreciación- fotografiaba a un niño que reía estruendosamente a pesar de la nimiedad del motivo. Todo UNIVERSITARIO fue amigo de su familia, amigo de visitas a su casa y recuerda, por ejemplo la alegría que lo embargó a él y a Chiquita cuando nació Eduardito, para entonces ya Verónica hacía sus monerías de nena.
Él, su rugby y su familia dejó en UNIVERSITARIO una indeleble marca de amor viril y sincero. Justamente, cuando los 50 años, vino a celebrar tan feliz acontecimiento, con la lógica naturalidad del que se sabe dueño de casa e importante personaje, irremplazable protagonista de un trozo de su historia.
El “Mono”, en sus tres o cuatro años vividos en Tucumán no solo fue hombre de UNI ya que muy pronto, ocupó merecido lugar en el Seleccionado Tucumano, demostrando sin retaceos su acendrado gusto de jugar, siempre para ganar donde quiera que fuere. Jamás olvidó algo en los vestuarios, todo lo llevó consigo y lo expuso vehementemente en el lugar que le era propio: la cancha. Por eso, por destacado, fue respetado, admirado y tomado finalmente, como el modelo justo para exhibir ante los jóvenes que deseen jugar, gustar, emocionar y ganar.
Es verdad que UNIVERSITARIO RC. lo tuvo más consigo, pero este hombre de rugby, fue de todo Tucumán.
ANÉCDOTA 1: El Ing. Eduardo Antonio Quetglas “El Mono”, ese “iron-man” indestructible tenía, increíblemente, su talón de Aquiles cual fue, una abrumadora e inocultable claustrofobia. En 1967, jugando en el Combinado Tucumano, en Santiago de Chile, “resfrió” a su compañero de habitación (el “Loco Ghiringhelli) porque para salvar su fobia, abrió de par en par las ventanas del cuarto, cuando la gelidez impiadosa de la noche había invadido los tuétanos de los jugadores. El “Mono” -ya sin temores- durmió con el equipo puesto y tapado con tres colchas. El pobre “Loco” -en cambio- sonó tanto sus narices que quedó ñato y recién pudo recuperar su respiración normal cuando al regreso lo acogió su cálido Tucumán.
ANÉCDOTA 2: Cuando, lastimosamente, murió el “Gordo” Ghiringhelli y el dolor cundía durísimo, todo UNI estaba en la casa del “Jetón” Centurión, lugar acogedor y generalmente de “hechuras de grandes saraos”, reunido solamente para llorar y esperar que el tiempo enseñe…
Apareció el “Mono” que ya residía en Córdoba quien, sin prólogos superfluos se paró en uno de los escalones de la escalera que conducía al primer piso y sentenció: – “el mejor homenaje que UNI puede rendirle al “Gordo” va a ser jugar, pasado mañana, mejor que nunca, aunque sea inundados por el llanto”.
ANÉCDOTA 3: Ésta contendría miles de sucesos preñados de cariño por ventura, nada más, que vivir una hermosa historia de las que sólamente el rugby puede proporcionar.
Gentileza Ing. Cacho Valdez – (el Entrenador tucumano del “Mono” y su amigo)
LOGROS OBTENIDOS
– Nació el 23 de abril de 1937 en Córdoba, Dpto. Capital.
• Campeón Cordobés con Universitario 9 temporadas consecutivas (1956, 1957, 1958, 1959, 1960, 1961, 1962, 1963 y 1964).
• Jugador de la Selección de Córdoba (1955-1964 y 1970)
• Integrante de la Selección Argentina B (1964)
• Campeón rosarino con Duendes de Rosario y del Seven de la UAR (1965 y 1966)
• Campeón Argentino con el seleccionado de Rosario (1965)
• Campeón en Tucumán con Universitario (1967, 1968 y 1969)
• Integrante de la Selección Tucumana (1968 y 1969)
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