CASI vs SIC, más que un clásico en juego

Cuando hay fecha de clásico, poco importan los presentes de los equipos que van a confrontar. Lo único que importa son esos ochenta minutos.
Y resulta casi una obviedad decir que si se mira detenidamente los presentes de estos dos clubes, es el que será local quién llega con un mejor presente, más atildado, aceitado y con un alto nivel rugbístico. Está puntero y las ausencias en su alineación de Benjamín Madero, Francisco Piccinini, Santiago Artese y Gonzalo Tiesi, entre otros, no han hecho mella en su rendimiento.
Y vale decir que también se ha evidenciado un incremento en su volumen de juego. El SIC tiene sus armas históricas y características siempre a mano para salir de un aprieto, pero además le ha agregado mucha destreza en los delanteros. Mucho juego. No es de ahora y no se está descubriendo nada, pero con Javier Ortega Desio y Tomás Borghi en la segunda línea tiene jugadores relativamente livianos, con muchísima movilidad y enormes capacidades a la hora de jugar, de buscar espacios y no la confrontación para jugar.
Si a los recién mencionados se le agrega el despliegue y combatividad de Cristián Etchart, el equipo de Boulogne tiene jugadores en su pack capaces de hacer -como ya han hecho- estragos en las defensas merced a lo dicho: sus habilidades para jugar con la pelota y no sólo tras la pelota.
Con un conductor que está pasando un gran momento (Lucas Alcácer) el SIC es artillería pesada con la pelota en su poder.
El CASI, si se repasa los nombres, está en un lugar de la tabla (y de rendimiento) que no se acomoda a la percepción que se tiene del lugar que debiera estar ocupando. Claro, los resultados no se merecen, se tienen o no. Y el CASI no los ha tenido. Si, vale la pena aclararlo, ha subido su nivel en las últimas fechas y por eso ha logrado remontar varios lugares en la tabla pero, aún está lejos. Si gana, ¿tendrá el envión anímico suficiente para llegar más alto? Es difícil saberlo, porque suele ocurrir que focalizar todas las energías en un partido provoca también la relajación posterior. Pero es tan complicado como determinar en la previa, un resultado. Es un clásico y esos partidos tienen condimentos especiales.
Pero si de partidos con condimentos especiales se trata, el que jugarán Hindú y Belgrano Athletic tiene absolutamente todos los necesarios. No sólo por cómo llegan (sendas derrotas) sino porque los separa sólo una unidad a uno del otro, por lo que este partido concentra muchas miradas. Incluso, este partido tiene, deportivamente y por el nivel de los contendientes, un nivel tan o más importante que el clásico.
Hindú, aún puntero a pesar de haber perdido ante CUBA, y Belgrano, dolido y vapuleado el fin de semana pasado, van a tener un duelo muy particular porque tienen muchos puntos de contacto: packs con mucha movilidad, una tercera línea muy combativa, una pareja de medios con muy buena conducción y backs definidores. Eso en lo más general; después, cada equipo tiene matices propios, particulares. Belgrano llega más sentido que su rival por las distracciones ocurridas e Hindú lamenta los puntos perdidos con el pie. Sin dudas, son los dos partidos más trascendentes e importantes de la próxima fecha.
Newman y La Plata, perseguidores silenciosos, absolutamente protagonistas del torneo y candidatos a los playoffs, tienen partidos que hacen suponer (merced a cómo arriban) menos complicados. El equipo de Benavídez viaja a Rosario para jugar ante el desconocido Plaza, que está teniendo una segunda parte del año para el olvido. Mientras tanto, el Canario (muy sólido cuando se lo propone) y con un verdadero ‘tractor amarillo’ en la figura de su octavo Gonzalo Oviedo, visitará a Pucará en Burzaco, equipo que no encuentra el sol y que viene de empatar -inexplicablemente- en La Catedral un partido que tenía en el bolsillo cuando ya se jugaba tiempo de descuento.
Los seis equipos que parecen estar cortados en la punta del Top 14 tienen, este fin de semana, partidos que son claves, trascendentales de cara al futuro. Habrá que ver cómo, de acuerdo a los resultados, se empiezan a acomodar para el último trayecto, para el que ciertamente queda muy poco.
Por: Eugenio Astesiano
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