Ciervos Pampas, el primer club de rugby de diversidad sexual de América Latina, se vio forzado a dejar la ovalada por la COVID-19 pero intensificó su lucha contra la “homolesbotransfobia” y las acciones solidarias para “ayudar a la comunidad” durante la pandemia, explicó a Efe su coordinador Caio Varela.
Varela relató en una entrevista por videollamada los comienzos del equipo, la participación de Ciervos Pampas en los torneos organizados por la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) y las acciones que llevan adelante con motivo del Día Internacional del Orgullo, que se celebra este domingo.
“En el papel somos una asociación civil de Derechos Humanos que tiene al rugby como herramienta para el enfrentamiento a la homolesbotransfobia y la promoción de la diversidad sexual”, explicó el brasileño que vive en Argentina hace ocho años.
Varela y sus compañeros se anotaron por primera vez en un torneo oficial de la URBA en 2016.
“En ese proceso de ocupar la cancha nos dimos cuenta de que nos faltó discutir qué éramos nosotros. Ocupar la cancha fue el primer paso de legitimación. No importaba si perdíamos todos los partidos, estábamos ahí, en el mundillo del rugby, en un torneo oficial”, sostuvo Varela.
Entre risas, rememoró que para inscribirse al torneo debieron acreditar un CUIT (Clave Única de Identificación Tributaria) y, como no tenían, presentaron el de una productora de porno gay de un amigo suyo.
“Era lo que había. Ocupamos el espacio desde ese lugar”, dijo Varela, que aseguró que “en términos institucionales” nunca fueron “rechazados ni discriminados”.
“En la cancha obviamente nos hemos encontrado con gente homofóbica y sabíamos que eso iba a pasar cuando decidimos anotarnos, pero era parte de nuestra decisión. Nosotros decidimos participar”, dijo el coordinador del club que hoy reúne a 56 personas y tiene 38 jugadores.
Varela también remarcó que a veces reciben críticas de quienes consideran que los integrantes de Ciervos Pampas se “autodiscriminan” al crear un espacio destinado a la comunidad LGBT.
“Es una locura. A nosotros la heteronorma nos excluye, nos invisibiliza, nos tortura y después tienen la caradurés de preguntarnos a nosotros por qué queremos reunirnos en un lugar seguro, libre de discriminación y violencia. Nosotros lo que hacemos es sencillo: garantizar el derecho al deporte para todos, todas y todes. Así de cortito, sin muchas vueltas”, afirmó.
En 2017, Ciervos Pampas se convirtió en una asociación civil.
“Ahí pasamos a ser un club de rugby con una perspectiva de diversidad sexual, de derechos, con una misión política no solamente de jugar al deporte, con la misión ideológica de luchar por el derecho al deporte libre de discriminación y violencia”, detalló.
Al poco tiempo, comenzaron a discutir sobre género, diversidad sexual, racismo, xenofobia y “otros fenómenos sociales”.
Varela remarcó la “diversidad” en cancha que tiene el rugby, un deporte que “permite” que lo jueguen “flacos, gordos, altos, bajos, jóvenes y más grandes”.
“Exige y necesita distintas habilidades, algunos son más rápidos, otros más fuertes, otros más estratégicos. Hay una composición diversa en el rugby que es muy interesante para visibilizar lo positivo de la diversidad”, remarcó.
La pandemia del coronavirus y el distanciamiento social preventivo y obligatorio dispuesto por el Gobierno el 20 de marzo obligó a suspender los entrenamientos y los partidos y la lucha se trasladó, en parte, a los “espacios virtuales”.
A través de transmisiones en redes sociales y de la organización de videoconferencias, Ciervos Pampas visibiliza la diversidad en el deporte.
“Desde abril hacemos cinco vivos por semana debatiendo, invitando gente y conociendo gente. Tenemos una mirada latinoamericana, nos interesa visibilizar el deporte LGBT (Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgéneros) en latinoamérica”, remarcó.
Para ello, entrevistaron y hablaron con jugadores, jugadoras e instituciones de diversos países.
“Estamos tratando de encontrar nuestra gente, nuestros referentes y deportistas o nuestras agrupaciones de diversidad”, dijo.
Ciervos Pampas puso en sus camisetas los nombres de deportistas LGBT latinoamericanos en el marco de la campaña “Orgullo de nosotres”, a pesar de las dificultades que tuvieron para encontrar la información.
“No porque no existan, sino porque no hay registro”, aclaró.
Desde que comenzó la cuarentena por la pandemia, Ciervos Pampas se sumó a la campaña “Nos cuidamos entre todxs” del frente LGBTIQA+ “Orgullo y Lucha” y recolectó y distribuyó unos 900 bolsones con alimentos y productos de limpieza.
Una de las tantas formas de financiación es la venta de tapabocas con los colores del equipo, que son, justamente, los mismos que los de la bandera LGBT.
“También hacemos un trabajo específico con migrantes LGBT por la obvia razón de que muchos de los y las migrantes no tienen familia ni una contención social”, precisó.
Sin embargo, Varela aclaró que, pese a todo eso, el equipo sigue con los entrenamientos virtuales y a la espera de poder volver a competir.
“La idea es que no dejemos de hablar de rugby que es lo que nos convoca y nos encanta. Extrañamos el olor a pasto”, concluyó.
EFE