Los Pumas se despidieron del Mundial de Nueva Zelanda aplaudidos en una de las catedrales del rugby como lo es el Eden Park de Auckland.
El seleccionado argentino fue superado por los All Blacks por 33 a 10 pero la entrega durante los 80 minutos por parte de los jugadores argentinos es digna del elogio, ya que nunca bajaron los brazos y a pesar de la superioridad jugaron lealmente sin otro objetivo que salir del estadio con la frente bien en alto y con la conciencia tranquila, demostrando que si el rugby argentino juega competencias anuales puede mejorar.
Los All Blacks demostraron que son uno de los mejores equipos del mundo. Jugando con dinámica, mostrando las destrezas naturales y con jugadores como Piri Weepu, quien tuvo una actuación que impecable, los hombres de negro golpearon en los momentos clave y se quedaron merecidamente con la victoria. Weepu, de 8 envíos a los palos acertó siete, sólo fallando en la conversión del try de Keiran Read, la única mancha para el mejor jugador del partido. Lauro que podría haber sido compartido con el argentino Julio Farías Cabello, ya que el tucumano tackleó, corrió, empujó, tuvo la valentía y coraje que pocos poseen y marcó un try que seguramente será recordado por siempre.
Aunque los altos mandos de la IRB se encargaron de desmentir el condicionamiento de que el ingreso de Los Pumas al Cuatro Naciones estaba supeditado a su performance en la Copa del Mundo, el mismo equipo albi-celeste se encargó de despejar esas dudas jugando de igual a igual y dejando muy en claro que seguramente con varios años enfrentando a los mejores subirá varios escalones.
El sueño mundialista se termino para Los Pumas, pero empieza una importante etapa para todo el rugby argentino.
Los jugadores y staff técnico tendrán cuatro años intensos llenos de competencia para llegar a Inglaterra 2015 de la mejor manera e intentar como primer objetivo pasar de fase con la mirada puesta en superar lo hecho en 2007.
Por: Lisandro Olearo
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