Durante décadas, el rugby argentino sostenía orgulloso que no recibía ayuda alguna de los gobiernos nacionales. Esa independencia se la podía permitir ya que los gastos centrales eran pocos y las pocas series internacionales permitían financiamiento. Era un deporte de clase media acomodada.
No existía el desarrollo, la difusión y mucho menos los gigantescos gastos administrativos que hoy tiene la Unión Argentina de Rugby. Eran otras épocas.
El tiempo todo lo modifica; la televisión comenzó una transformación del deporte, crecieron los intereses, el alto rendimiento pasó a ser una parte clave de la difusión de este deporte y el dinero clave para sostener la estructura que, día a día, crece.
Y si bien se intentó mantener separado deporte de política el punto de encuentro se hizo inevitable; surgieron puentes de contacto y hasta financiamiento.
Los sueldos, becas, o el nombre que tiene o tendrá el dinero que reciben los jugadores del PLAR, se financian en partes iguales por la Secretaría de Deportes de la Nación y la UAR. Y partir del año pasado, surgió un nuevo financiamiento orientado a los deportes con aspiraciones a medallas olímpicas.
Desde que el rugby regresó al movimiento olímpico, la relación con el Comité Olímpico Argentino fue creciendo y al decidirse que el rugby vuelva a formar parte de los Juegos, al rugby se le abrieron enormes puertas. Entre ellas, una novedosa fuente de financiación exclusiva para el seven.
Los muy atentos habrán notado que en sus facturas de celulares figura el cargo “Ley 26573 Impuesto 1% ENARD”. El Ente Nacional de Alto Rendimiento (ENARD) surgió de una ley nacional promulgada el 21 de diciembre del 2009. Está presidido por el empresario telefónico y Presidente del COA, Gerardo Werthein. Son socios fundadores el COA y la Secretaría de Gobierno.
Este porcentaje del gasto de la telefonía celular es una casi inagotable fuente de financiación. Según informes periodísticos del año pasado, se especulaba juntar unos 200 millones de pesos originalmente, pero ese número se redujo a casi 120 millones el primer año.
Siendo que el seven es el formato de rugby que jugará por medallas, es allí que el ENARD ayuda y ayudará. Por de pronto, en la reciente gira de los Pumas Sevens a Hong Kong y Adelaida viajaron seis integrantes del cuerpo técnico.
“Está muy bueno ya que nos ayudarán de gran manera en la preparación del equipo”, explicaba Nico Fernández Lobbe, entrenador del seven argentino. “Recién en febrero entramos en el plan y para este viaje no llegamos a tiempo para adelantar un par de días el viaje y mejorar la aclimatación; sí financiaron los tres integrantes extras del cuerpo técnico”.
El ENARD financia los planes que presente la UAR para el seven y que sean aprobados.
Salvo las becas -unos 20 integrantes del plantel del seven pasarían a ser becados (si así lo deciden)- que van directo a los jugadores, el resto lo maneja directamente el Ente. “Además de poder viajar con gente extra, estamos presentando planes de preparación del plantel, viajes a otros torneos por fuera del circuito del IRB que nos insumían gastos y la compra de elementos de preparación para el equipo como el Game Breaker (análisis del juego)”, explica el consejero Julio Clement, nexo de la UAR con el Ente.
Los objetivos de este proyecto pasan por buscar medallas tanto en Juegos Olímpicos como Panamericanos. “Reconocen en el rugby un deporte con potencial para hacer podio”, se suma Manuel Galindo, presidente de la Subcomisión de Alto Rendimiento de la UAR.
“El primer objetivo son los Juegos Panamericanos de Guadalajara en octubre y en el proyecto hay un viaje a entrenar en la altura en Cachi, Salta, antes de viajar a México”.
Las conversaciones con el ENARD tomaron velocidad en diciembre y en febrero se definió sumar a la UAR. “El beneficio no sólo pasa por el ahorro que hare-mos sino que se podrá trabajar con otra dedicación al seven”, explica Clement.
El rugby argentino analizó lo que se hace en otros países y se abocó a darle competencia y preparación a un grupo de jugadores identificados para el seven. Con mayor apoyo y becas, aspiran a mejorar y poder volver a ser competitivos con Nueva Zelanda, Sud-áfrica e Inglaterra, todos con plan-teles profesionales, que hoy lideran el circuito.
“Buscaremos que la beca se equipare en cifra a la que reciben los miembros del PLAR”, dice Galindo. “Esto sería tanto para jugadores como staff y el ciclo termina con Guadalajara. Luego empieza el proceso hacia los Juegos de Río 2016”.
Werthein, proveniente de la hí-pica, explicó así el proyecto ENARD: “Nuestra misión es proveer de soporte para el entrenamiento y capacitación de los atletas, desde sus tempranos comienzos como jóvenes hasta el final de sus carreras”.
Dicen desde el ENARD que su creación marca un antes y un después en el deporte argentino. Contradiciendo su propia historia, el rugby argentino se alinea hoy al deporte nacional; juntos buscarán medallas y gloria olímpica.
Por: Frankie Deges
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