Confirmación o revancha

El próximo sábado Córdoba y Buenos Aires estarán nuevamente cara a cara en un Campeonato Argentino. Los Dogos buscarán ratificar su buen momento mientras que Las Águilas intentaran mover el tablero y así tomar más protagonismo en una competencia que no ganan desde 2008.
Las estadísticas más recientes entre cordobeses y porteños dicen que los de la docta cantaron victoria en los últimos cuatro enfrentamientos entre ambos. El primero fue en cancha de Hindú (2009), luego el escenario fue el Córdoba Athletic (2010) y posteriormente el Jockey Club y la cancha de Belgrano Athletic (2011), consiguiendo así el título número seis en la historia del rugby argentino. En marzo pasado también Buenos Aires y Córdoba estuvieron cara a cara en un partido de pretemporada con un categórico 44-13 a favor de los dirigidos por Rafael Madero y compañía.
Martín Maineri, medio scrum del 15 de camiseta roja, hablo con alRugby.com. Ante la pregunta sobre el balance que hace en relación a los cuatro primeros partidos sostuvo: La verdad es que el balance es sumamente positivo, porque se utilizaron casi todos los jugadores del proceso con varios minutos en cancha y se fue siempre de menor a mayor, tratando de hacer hincapié siempre en el plan de juego por sobre las individualidades. Sobre los próximos rivales, el N° 9 dijo: Me sorprendió Buenos Aires el día que jugamos el amistoso ante ellos en Rosario por su prolijidad y por su simplicidad para ejecutar las cosas.
A la hora de repasar los partidos entre ambos desde 2009 a la fecha el jugador de Palermo Bajo manifestó: Creo que los partidos anteriores en estos casos son irrelevantes. Todos los partidos son distintos y muy lindos para jugarlos, esperemos que se repita la historia y demos otro paso más adelante.
Por último, sobre la pregunta de cómo se le gana a Buenos Aires dijo: Hay que hacer hincapié en la prolijidad y en la concentración, quizás dos palabras muy utilizadas, pero que por ahí uno no puede llevarlas a cabo por las diferentes variables que te da un partido de esta envergadura.
Por: Martín Quetglas
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