No se puede borrar con el codo lo que se escribió con la mano. Nadie le quitará a Los Pumas los elogios del mundo entero después de las primeras cuatro fechas del Rugby Championship.
Pero para que esas cosas no queden vacías o en el olvido hay que renovar las buenas actuaciones. Si es posible, coronarlas con un triunfo y, por sobre todas las cosas, no volver a repetir actuaciones como las del sábado en La Plata. En donde no hay enojo, no se cortó ningún idilio de jugadores y público. Pero sí hubo cierta decepción que abre una pequeña herida que puede agrandarse si se repiten actuaciones como ésta.
Dio la impresión que Los Pumas se vieron propasados por la circunstancia. El marco, la historia, la previa, hicieron mella sobre todo en la cabeza de los jugadores. Que no se malinterprete, no se apichonaron, sino que se dejaron llevar por el entorno, no fueron pensantes y terminaron pagando las consecuencias.
¿El tempranero try de Martín Landajo fue perjudicial? Podría ser. Aunque es la mejor manera de comenzar un partido, ese hecho pareció haber sacado de foco a Los Pumas. Miraron más al hombre que a la zona, se cegaron y comenzaron a cometer errores. Los traicionó el mito y no se dieron cuenta que había que seguir el plan.
Se cometieron errores en la traslación, la defensa, el tackle, las coberturas y en el manejo. Pero todo esto no vino por sí solo, sino que fueron una consecuencia de la mala lectura de juego.
Se abre nuevamente la eterna pregunta: ¿para qué cambiar si se venía bien hasta aquí? Pasó en las semifinales de Francia 2007 y vuelve a surgir esa hipótesis. Vale reconocer que, en ambos casos, hubo enfrente equipos superiores. Pero no estaría mal achicar la brecha potenciando las virtudes propias (como sucedió en las primeras cuatro fechas) y no agrandar la distancia intentando imponerse desde un concepto de igualdad que, se sabe, no existe y no hace más que beneficiar al rival que espera un planteo tal. Estas equivocadas decisiones no hicieron más que exponer a jugadores como Rodrigo Roncero que sufrió la distancia para poder tacklear o el Pato Albacete, que tuvo su peor actuación en el Rugby Championship siendo un jugador clave.
Un planteo que otra vez pone sobre el tapete las dudas en el medio scrum (Landajo aportó un try, muchas ganas pero pocas soluciones), un punto neurálgico para la conducción técnica actual.
La ciudad histórica de Rosario será la última parada. No se puede abandonar el corazón. Sería algo así como traicionar lo que somos. Pero bueno sería adjuntarle una planificación que se pueda llevar a cabo en pos del triunfo. Los Pumas se lo deben a sí mismos. La historia dice que cumplirán.
Por: Juan Urchevich
www.alrugby.com
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