En declaraciones realizadas al ciclo Conversaciones La Nación, Daniel Hourcade destacó el enorme trabajo realizado por la UAR para la consumación de una nueva franquicia y lo duro que fue encarar el proceso de transición para llegar a este presente. “Los históricos tenían miedo al papelón”, dijo el coach.
Feliz por un presente idílico y con los objetivos bien definidos tras alcanzar las semifinales en la última Copa del Mundo, Hourcade vislumbra el futuro con la satisfacción de formar parte de un equipo. “No soy el hombre. Somos un grupo de trabajo muy grande donde hay muchas personas involucradas. Es un proyecto donde se trabaja en todo el país y a partir de este año va a estar focalizado en cada provincia. Hay un Plan de Alto Rendimiento en el que todos formamos parte de un grupo de trabajo y ellos, conmigo a la cabeza por la función que desempeño, llevamos ese equipo al Mundial”.
El innovador estilo reflejado en la RWC 2015 y lo elogios recibidos a lo largo de esa competencia, fue parte de un sello que caracteriza su gestión: “Nosotros estamos insertos en el hemisferio sur y tenemos que adaptarnos a ese tipo de rugby. No podemos jugar un estilo europeo que en su momento lo teníamos, a raíz de que nuestros jugadores estaban en Europa. Había que aggionarse y adaptarse a ese estilo que a la vez coincidía con lo que a mí me gusta”.
Las dificultades que tuvo el equipo para adaptarse al torneo más competitivo del planeta, sirvió para abrir un nuevo horizonte de trabajo: “Cuando ingresamos al Rugby Championship, los tres mejores seleccionados desnudaron nuestras falencias y nos dimos cuenta que estábamos con problemas de base. Había que mejorar individualmente en las destrezas para recién después intentar un juego más dinámico”.
Las dificultades que atravesó su ciclo, con dudas de los propios jugadores por el estilo propuesto, fue otro de los temas que abordó el coach: “Cuando empezó el Plan de Alto Rendimiento comenzó a notarse el cambio que se vio primero en la RWC 2011. A los jugadores que estaban acá los educamos tratando de que jueguen un juego más suelto y dinámico, pero el problema estaba con los históricos que estaban acostumbrados a otra cosa y convencerlos fue duro porque tenían miedo al papelón. Ese fue un trabajo mental que se fue dando cuenta dentro de la cancha”.
El aporte de Agustín Pichot en la inserción a las principales competencias del hemisferio sur, fue otro de los tópicos que abordó el entrenador: “Es un loco porque produjo un cambio trascendental en la historia del rugby argentino. En realidad no es un loco, sino un genio ya que solamente él fue capaz de conseguir todo lo que tenemos porque nosotros no teníamos nada para ofrecer. Él les vendió un sueño que hoy es una realidad”.
El plan propuesto por Pichot con un crecimiento sostenido a 50 años fue otro de las cuestiones que abordó el tucumano: “Es un plan utópico en un país como el nuestro. Hay un proyecto con objetivos a mediano y largo plazo. A él lo defino siempre con una frase “sus ambiciones están muy por encima de sus recursos y siempre, de una u otra forma, lo logra”.
La inserción en el Super Rugby abrió una puerta para Hourcade para convocar jugadores que sólo se desempeñen en el hemisferio sur: “Cubelli puede ser convocado porque está jugando en Brumbies. El tema es que los que están en Europa no pueden ser llamados porque forman parte de un calendario distinto, un tipo de juego distinto… todo lo que nos hacía sufrir ya no está. Nosotros tenemos a disposición 57 jugadores para jugar en todos los seleccionados y Los Pumas van a ser los mejores de ese grupo”.
Su continuidad al frente de Los Pumas y el interrogante sobre su futuro, también fue un tema que el técnico tocó: “Se viene un año sumamente intenso. En este momento estoy con Argentina XV, con la franquicia, con Pumitas y con el Seven bien encima. Hoy tengo todas las pilas y la motivación necesaria, pero hay que ver si en dos años se puede seguir con este tremendo desgaste porque nos estamos metiendo en un terreno que no conocemos”.
Por último, se refirió al caso de Juan Imhoff que no podrá jugar en el seleccionado hasta el fin de su contrato en Racing 92 y, sin hacer alusión directa a nadie, definió a sus mejores jugadores: “La decisión que los jugadores europeos no estén en Los Pumas no es mía, sino de la unión. Es una cuestión política que tiene un fundamento razonable que yo comparto. En Los Pumas tienen que jugar los mejores. Ojo, ahí siempre viene el palo: el mejor no significa ser el mejor jugador, sino también ser mejor persona, el comportamiento… Los mejores definiendo al mejor no por el aspecto deportivo. Y si Juan Imhoff en el 2018 vuelve y es el mejor va a estar convocado. Lo que pasa es que él le está dejando un lugar a otro y arriesgando porque si ese otro u otros andan muy bien estarán en el equipo”.
Diario La Nación
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