En partidos de similar dificultad en anteriores ocasiones, el ‘XV del León’ había intentado competir el máximo número de minutos posibles para plantarle cara al rival de turno.
España aguantaba 30, 50 ó, como mucho, 60 minutos, pero al final había una sangría de puntos en contra · No hay que echar las campanas al vuelo, pese a la buena imagen, fue una derrota en la que se cometieron errores bien aprovechados por los rusos.
A escasas 24 horas de que Regis Sonnes y los suyos afronten el segundo partido del Campeonato de Europa en tierras georgianas, concretamente en Tblisi, la capital del actual campeón europeo -equipos VI Naciones al margen- vamos a reflexionar un poco sobre la evolución que está experimentando nuestro ‘XV del León’.
Eso sí, antes que nada y según me comenta Goyo García, ha habido cambios de última hora en la expedición española, ya que el pilier Ion Insausti llegó a tiempo de incorporarse a la selección, el ex del CRC Madrid que juega ahora en el Sant Jean de Luz, mientras que tanto el tres cuartos centro Matías Tudela como el pilier Mattin Auzqui, curiosamente dos de los anotadores ante Rusia, serán baja para este compromiso; el jugador de Ampo Ordizia por un inoportuno flemón que le ha debilitado en exceso y el francés por una lesión muscular.
Dos de los anotadores ante Rusia, Mattin Auzqui y Matías Tudela, serán baja para este compromiso, el primero por una lesión muscular y el jugador de Ampo Ordizia por un inoportuno flemón. Ion Insausti, pilier del Sant Jean de Luz, entra en la convocatoria.
Volviendo a la reflexión, el ‘Por fin, una derrota’ del título tiene una clara justificación. Y es que España cayó derrotada el pasado sábado en el partido inaugural del Torneo VI Naciones B 2011. Y… por primera vez en mucho tiempo… se puede decir que perdió el encuentro. En partidos de similar dificultad en anteriores ocasiones, el ‘XV del León’ había intentado competir el máximo número de minutos posibles para plantarle cara al rival de turno. España aguantaba 30, 50 ó, como mucho, 60 minutos, pero el final del encuentro había una sangría de puntos en contra.
Todo fue diferente el pasado sábado en el Central. Los hombres entrenados por Regis Sonnes se enfrentaron sin complejos a Rusia, que estará en el próximo Mundial de Nueva Zelanda y tuvieron opciones de victoria hasta el minuto final del partido, incluso dos posesiones. Es un importante salto de calidad. Sin embargo, no hay que echar las campanas al vuelo, a pesar de la buena imagen, fue una derrota en la que se cometieron errores que no fueron desaprovechados por los rusos, que convirtieron en puntos las ocasiones en que pisaron la 22 hispana.
Entre los aspectos positivos, destacar que España ha encontrado una serie de puntos fuertes en los que apoyarse en su juego. Estuvo sensacional en la ‘melé’, no sólo ganando las propias sino también peleando por la posesión en las contrarias. La delantera española rivalizó de igual a igual ante un adversario que ya había dado en anteriores ocasiones muestras de gran poderío en las fases estáticas del juego. Los jugadores españoles pisaron la línea de 22 contraria en muchas más ocasiones que sus rivales, pero se fueron demasiadas veces de vacío de la misma, siendo penalizada en el marcador.
Sin embargo, y ésta fue una de las causas de la derrota, España jugó con demasiada precipitación en demasiadas fases del encuentro, provocando incluso pérdidas tontas de balón al intentar sacar golpes de castigo y cometer adelantados. Al juego hispano le faltó la pausa necesaria, sobre todo en la primera parte del encuentro, para insistir en el ‘pick and go’, ya que la delantera podía rivalizar con la contraria y sin embargo se sacaba el balón a juego abierto. Sonnes se quejó que en los primeros treinta minutos de partido, nuestra selección jugó con ansiedad y prisas, tomando decisiones equivocadas. Puede que algunas de ellas fueran ir a por el ensayo tras la señalización de golpes de castigo pudiendo lanzar a palos y avanzar en el marcador… más lentamente, pero avanzar.
En los uno contra uno, los tres cuartos españoles no pudieron romper la línea defensiva rusa, sobre todo en el primer período, faltaron apoyos en el juego abierto y permitieron la recuperación del balón por parte de los ‘Osos’. Muestra de ello fue la jugada previa al ensayo de Ostrushko en el último minuto de la primera parte, que vino de un robo de oval cuando Martín Heredia podía traspasar la 22 contraria, pero llegaron antes los apoyos rusos que los españoles e interceptaron el balón. Este ensayo al final de la primera parte y el que encajó al principio de la segunda fueron, a la postre, los que decidieron la derrota española.
El resultado era 3-22 y se cernía una paliza… pero el ‘XV del León’ supo reaccionar como hace mucho no veíamos, haciéndose fuerte con su delantera y con una defensa valiente y arriesgada, muy adelantada, logró la recuperación pronta del balón y seguir viviendo en campo contrario. La defensa propuesta por Sonnes fue otra clave de la buena imagen al poder controlar la ofensiva rusa. Allí brilló el medio de apertura Jorajuria. La conducción del ataque quedó en manos de dos medios de melé con dos estilos diferentes que pueden dar variedad al juego español. El titular, Ayestarán, compañero del ’10’ en Biarrtiz, percutió con insistencia buscando el desgaste de la delantera rusa, para que Rouet pudiera encontrar huecos cuando salió al campo buscando dinamizar el juego y combinando muy bien con sus delanteros. Entonces la selección supo juntar mucho más sus líneas, actuando con continuidad y pasó a dominar totalmente, rondando el ensayo en numerosas ocasiones y lográndolo en tres que pudieron ser alguna más.
Lastima una jugada a falta de diez minutos, que rondaba el ensayo-castigo por la superioridad de la ‘melé’ española a cinco metros de la línea de ensayo pero un error de precipitación hizo volar los cinco puntos. Los cambios surgieron efecto y permitieron que el nivel del XV hispano se mantuviera durante todo el partido y esa es otra nota positiva. Hay un grupo amplio de jugadores que pueden aportar cosas positivas al equipo y le permitieron acabar el encuentro mucho más poderosamente que su rival y dando opciones de victoria en esos instantes en los que se deciden los partidos.
Se perdió un partido, pero se demostró que hay un patrón de juego que puede hacer crecer a un grupo de jugadores de calidad por lo que, con la cautela necesaria, el futuro es esperanzador para el ‘XV del León’. Los cuatro partidos restantes serán un examen para ver si España confirma las buenas sensaciones ofrecidas ante Rusia… y el más duro será el de mañana en Georgia, al menos a priori.
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