Los franceses venían agrandados. Acostumbrados a estar en las definiciones, y esta vez los galos pusieron a dos de sus equipos en semifinales.
Uno, Toulouse, era un firme candidato para estar en el gran partido. Pero no, cero de dos. Primero, el último campeón se despidió a manos del Leinster irlandés. Luego fue el turno de Perpignan, que poco pudo hacer frente a los Saints de Northampton. Y de esa manera, se terminó de definir una final bien británica. Como una suerte de ofrenda para la boda real que acaba de llevarse a cabo en esa parte del mundo.
La primera semifinal tuvo como protagonistas a Leinster y Toulouse en Dublín. El triunfo fue para los irlandeses por un 32 a 23, que le permitió llegar a la final nuevamente luego de 2 años. La figura de Jonathan Sexton fue fundamental para el triunfo de los locales, mientras que Patricio Albacete tuvo un regular partido en el perdedor. Los franceses empujaron sobre el final, pero se encontraron con una heroica defensa que les cerró los caminos al ingoal.
En la otra semifinal no hubo equivalencias. Northampton fue muy superior de principio a fin frente a Perpignan y terminó llevándose el partido por un inapelable 23 a 7. El arranque de los Santos fue arrollador, ya que en apenas 25 minutos sacó una ventaja de 20 puntos que dictaba una sentencia nefasta para los vascos, más allá del marcador, por lo que se estaba viendo en el terreno de juego. Los ingleses buscarán volver a consagrarse en Europa otra vez luego de más de una década, ya que su último logro fue en la temporada 99/00. Esta vez llega invicto y con un juego por momentos incontenible para sus rivales. La finalísima se jugará el próximo 21 del corriente en Cardiff. Allí, Leinster y Northampton buscarán la gloria. Fueron de los mejores equipos que hubo en la competencia. Esto indica que el trofeo quedará en buenas manos. Además, fueron los más regulares: los ingleses no perdieron en todo el torneo y los irlandeses sólo cayeron una vez. El que gane será el mejor de Europa.
Por: Juan Urchevich
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