Duendes demostró en las finales del XI Torneo Regional del Litoral, por que había sido el mejor durante toda la temporada. En la definición, doblegó por 37-21 (5-0) a un digno y durísimo rival como el Santa Fe RC, ratificando su supremacía en el juego a lo largo de los 80 minutos. Este Duendes juega y gusta, por eso es un merecido campeón. Ante su juego solo caben hacer reverencias, es para disfrutar.
Quedó claro que cada uno expuso su libreto. Y si algo cabe destacar de ambos es su fidelidad a la propuesta, a la idea de juego. Todo en el marco de un partido duro, sin dar ni pedir tregua. Con una entrega sin desmayos, pero con una enorme actitud deportiva, con una predisposición por jugar siempre, en todo momento. Con una entereza que solo mereció el aplauso de los cuatro costados.
Duendes siempre apeló a la dinámica, a la pelota viva, a la búsqueda permanente de los espacios, al juego desplegado, al desborde por afuera. Santa Fe RC fue con sus forwards. Juego corto, buscando siempre penetrar cerca de las formaciones, tratando que sus “grandotes” golpeen por el centro de la cancha, con la esperanza de lograr el punto de quiebre.
Fue por allí, por el lado de los forwards donde se planteo la lucha desde el vamos. Allí estuvo “la madre de las batallas”. Bien es sabido que es el punto fuerte de los santafesinos. Y Duendes no le esquivó el bulto. Aceptó la propuesta y se arremangó para dar lucha, para trabajar solidariamente cada pelota. Por empezar emparejó la lucha en el scrum. Complicó siempre en la base metiendo mucha presión. Y lo demostró desde el vamos ganando una pelota en esa formación que tras el “sombrerito” del capitán Boffelli, terminó en el vuelo de Rapuzzi hacia el ingoal.
Duendes empezó imponiendo condiciones. Marcando las reglas de juego. Su line fue permanente fuente de obtención de pelotas claras. Tuvo control y dominó el terreno. Parecía adueñarse del partido. Pero en los metros finales desperdició un par de ocasiones para seguir sumando. No fue lo suficiente preciso para definir.
Los tricolores, tras el asedio inicial se fueron ordenando. De contragolpe mostraron sus intenciones. Con el pie movieron el marcador. Se hicieron de la pelota y fueron inclinando la cancha. Mejoraron el control, pero les costó muchísimo superar el primer tackle de los rosarinos. Lateralizaron bastante el juego, no tuvieron profundidad y se encontraron además con la buena reposición defensiva del dueño de casa, que apenas tuvo una oportunidad volvió a pisar el ingoal con el chaqueño Francisco Carrió, en otro movimiento rápido y sorpresivo por afuera.
El arranque del complemento volvió a mostrar al Santa Fe RC en ofensiva. Con su maul preocupó y también facturó con Perés. Además supo capitalizar un par de pelotas áreas y volver a jugar en terreno rival. Fueron buenos momentos, con un Duendes firme en defensa y un rival buscando con denuedo, aunque sin mucha claridad.
Pero mientras a los santafesinos les costaba una enormidad penetrar en la defensa, a los rosarinos se les hacía sencillo quebrar la ventaja. A partir de su solidez defensiva Duendes se afirmó y cada vez que dispuso de una buena pelota fue profundo. Además fue ordenado, supo mantener el control, recurrió pacientemente a cuantas fases fuera necesario y explotó por el abierto la velocidad de sus backs para llegar al ingoal, sea con Miralles, Nannini o Tommy Carrió. En ofensiva fueron los mejores momentos del verdinegro que podría haber asegurado el resultado mucho antes, de no haber tenido un par de errores de manejo. Pero allí demostró que su vocación por jugar, es un dogma que nadie discute. Por eso clavó un 37-11 casi defintivo.
El final fue para aplaudir la actitud de un Santa Fe RC, que con enorme espíritu de lucha, sin claudicaciones, sin darse por derrotado nunca, aprovechó un par de ocasiones para de contragolpe darle la oportunidad a sus backs para hacer más digna la derrota. Los tricolores no bajaron jamás los brazos. Dieron todo sin retaceos. Fueron coherentes con sus virtudes, esas que lo llevaron a ser finalistas. Su actitud hizo mucho más valorable el triunfo del verdinegro de Las Delicias.
De Duendes que se puede decir que no se haya dicho. Es campeón, se lo mire por donde se lo mire. Fue lejos el mejor del torneo. Lo ganó de punta a punta. Demostró una contundencia ofensiva como pocas veces hemos visto en nuestro Litoral. Es un equipo que solo tiene un objetivo: jugar y cada vez jugar más. No le caben las especulaciones. Da todo y algo más, siempre. Es dueño de un misterio que solo los duendones podrán descifrar, ese misterio de querer ganar siempre. Y lo transmiten de generación a generación, porque todos portan un fanatismo por este juego que debiera ser un ejemplo. Su quinto título litoraleño lo ha terminado consagrando el campeón de la década. Ante esa realidad solo cabe la reverencia, hoy más que nunca, por su juego hace que todos podamos disfrutar del rugby.
Síntesis:
Duendes RC: Santiago Sodini, Juan M. Prieto (Néstor Chesta) y Guillermo Carranza (Lisandro Cadenazzi); Pablo Bouza y Federico Allogio (Leandro González); Máximo Bofffelli (Julián Taborda), Simón Boffelli (cap) y José Basso; Pedro Escalante y Mateo Escalante (Leandro Bouza); Juan Imhoff, Maximiliano Nannini, Francisco Carrió (Nicolás Gatarello) y Juan Rapuzzi (Tomás Carrió).
Entrenadores: Raúl Pérez y Gastón Conde.
Santa Fe RC: Fernando Péres (Lionel Parcero), Gustavo Stieffel y Guillermo Stratta; Luis M. Cabal y Pablo Mollerach; Exequiel Milessi (Diego Colli), Leopoldo Maillot (cap) (Francisco Patrizzi) y Francisco De Biaggio; Nicolás De Biaggio y Pedro Benet; Francisco Benavídez, Fernando Adelia, Leandro Moleón e Ignacio Carballo; Lucas Borgarello.
Entrenadores: Raúl De Biaggio, Alejandro Quirelli y Diego Hernández.
Primer tiempo:
2´ try Rapuzzi, gol M.Escalante 7-0
10´ penal M. Escalante 10-0
31´ penal Benet 10-3
36´ penal Benet 10-6
38´ try F.Carrió, gol M.Escalante 17-7
Segundo tiempo:
5´ try Péres 17-11
8´ penal M.Escalante 20-11
10´ try Miralles, gol M.Escalante 27-11
13´ try Nannini 32-11
23´ try T.Carrió 37-11
38´ try Carballo 37-16
40´ try Moleón 37-21
Cancha: Duendes RC, barrio Las Delicias, Rosario
Arbitro: Mauro Rivera
Autor: Carlos E. Bustos
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