En un país donde el rugby es más una religión que un mero deporte, no sorprende que el desempeño de los All Blacks sea de suma importancia para los neozelandeses.
Este entrelazamiento entre deporte y comunidad se refleja en la cobertura de los test match en televisión nacional en todo el país. Liderando la conversación está el excepcional programa de análisis “The Breakdown”, que profundiza en todos los acontecimientos del deporte semanalmente.
Con un panel de expertos formado por ex All Blacks y expertos experimentados, el programa analiza cómo ven el juego. Si bien el análisis es generalmente excepcional, el elemento humano de ver el resultado a través de una lente pro-Nueva Zelanda sigue siendo el mismo que en los programas de expertos de otros países.
El programa de esta semana analizó la derrota récord de los All Blacks a manos de los Springboks en su choque de exhibición con entradas agotadas en el Estadio Twickenham de Londres.
El panel estuvo rotundamente de acuerdo en que los Springboks habían sido el mejor equipo. Sin embargo, un área que despertó la ira de muchos en línea fue su insistencia en que los árbitros habían arruinado el partido.
Se mostraron tres tarjetas amarillas a lo largo del partido, una al capitán Sam Cane y dos al segunda línea Scott Barrett. Los kiwis jugaron la mayor parte del partido con un hombre menos, lo que sin duda no ayudó a su causa.
Sin embargo, este factor no fue la cuestión de los árbitros sino más bien una de las inmensas presiones aplicadas por los Boks que obligaron a los All Blacks a cometer infracciones constantes.
Un momento en particular que llamó la atención fue la segunda tarjeta amarilla de Barrett por una entrada peligrosa al Springbok Malcolm Marx.
Al sumergirse en Marx, que yacía en el suelo, el desafío de Barrett es ampliamente aceptado como imprudente. Sin embargo, el panel pasó a la ofensiva, en particular el coanfitrión habitual Jeff Wilson, quien afirmó que Barrett no debería haber sido citado.
Continuó destacando momentos que sintió que los Springboks infringieron y al mismo tiempo señaló su preocupación de que los jugadores estuvieran “ordeñando” incidentes.
Un jugador en particular al que Wilson apuntó fue el número ocho, Duane Vermeulen, quien, según afirmó, se quedó abajo mientras el hooker de los All Black, Dane Coles, se recuperó de un incidente similar.
Además de Wilson, el invitado Patrick Gower consideró que la adición del sistema de búnkeres para revisar los actos de juego sucio estaba afectando el juego al hacer que el encuentro fuera demasiado largo. Insinuando así que estaba arruinando el producto.
Gower afirma más tarde: “Si vamos a tener conversaciones como ésta durante toda la Copa del Mundo, entonces será una Copa del Mundo aburrida”. Haciendo referencia a los árbitros del partido y al desempeño del bunker.
¿Está de acuerdo con el panel o es una reacción a una derrota récord de los All Blacks?
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