En su país lo aman o lo odian: se prepara para el Mundial de rugby al mismo tiempo que proyecta su carrera boxística; se convirtió al islam y dice estar recuperado del alcoholismo.
Nueva Zelanda sólo piensa en romper la maldición mundialista. Otra vez en casa, como en 1987, cuando ganó por única vez la Copa Webb Ellis, el país está pendiente de la conformación del equipo de los All Blacks para recuperar la fama de ser los mejores del mundo del rugby. El ojo está puesto sobre los integrantes del plantel. Cada acto es revisado con especial interés y los rugbiers deben andar con cuidado, mostrar ser dedicados y dispuestos a la causa que moviliza a toda una nación y en eso. aparece Sonny Bill Williams. Descuidado, por momentos poco profesional, multifacético, inconstante, alcohólico en recuperación y ahora convertido al Islam. Una verdadera pieza de colección para papparazzi y tabloides.
El personaje partió en dos a esa uniforme congregación de adoradores de los Hombres de Negro. Hoy, el 50% lo ama; el otro 50% lo odia. Unos dicen que nunca hubo un centro tan potente en el equipo; otros lo acusan de estar en la selección por ser marketinero. Nadie se ubica en el medio de esta disputa, pero… ¿quién es Sonny Williams? Difícil decirlo en una frase, pero este es un intento: un controvertido jugador de rugby league que rompió su contrato y abandonó la actividad para dedicarse al rugby union y al boxeo profesional. ¿Cómo define él su vida? “Necesito adrenalina. No me gusta sentarme y esperar las cosas fáciles”. Es así. Es una estrella deportiva y mediática. Mide 1,91 metro y pesa 108 kilos. Es una topadora, con músculos tatuados que parecen inflados a presión y a punto de explotar. Hace convivir su preparación para el Mundial con el pugilismo y despierta polémicas. Dice que algún día puede ser su actividad principal: “Es una opción. Me encanta el boxeo, tanto como jugar con los All Blacks. Pero no está decidido. Cruzaré ese puente cuando llegue el momento”. A los 25 años pasó por tanto que puede escribir varios libros.
Nació en Auckland, Nueva Zelanda, y a los 16 años, cuando aún jugaba en la categoría junior del rugby league de Marist Saints, fue observado por el cazatalentos John Ackland, que le ofreció un contrato para jugar con los Bulldogs, en Australia. Debutó en la Liga dos años después. Fue la gran revelación.
El 17 de agosto de 2005, cuando todavía jugaba rugby league para los Bulldogs, fue detenido por conducir ebrio y multado con 5000 dólares. En 2007 volvió a caer preso porque lo encontraron orinando en la puerta de una discoteca. Y más tarde tuvo otra controversia porque le sacaron una foto comprometida con la modelo y atleta australiana Candice Falzon. La imagen fue publicada por The Daily Telegraph. Se disculpó con su novia (Genna Shaw) por el incidente y dijo que estaba “avergonzado”, para luego recuperar a su pareja.
En 2008 recibió una oferta de Toulon. Lo llamó el DT Tana Umaga y los euros lo tentaron. Rompió su contrato con Bulldogs. Fue una explosión en Australia. Debía jugar un domingo, no fue y el lunes apareció sonriente en las imágenes firmando contrato en su club francés. Fue elegido el mejor centro del torneo por el periódico Midi Olympique. Ordenó su vida: “Dejé el alcohol por completo, hice un clic en Francia”, contó.
En 2010 firmó su contrato con la Unión de Rugby de Nueva Zelanda que, para poder actuar con los All Blacks, inscribe a los jugadores en un equipo local. Por eso jugó el NPC (torneo provincial) para Canterbury. Todo bien hasta que… le sacaron otra foto. Ahora, esquiando, algo que tenía prohibido. Reconoció que no tenía autorización. Otra multa, más pedidos de disculpas.
Debutará hoy en el Súper XV, en Crusaders, contra Waratahs, en Christchurch, la ciudad que debería recibir a los Pumas en el Mundial, y que sufrió el terremoto del mes pasado. Otra curiosidad: jugó en los All Blacks antes que en el mayor torneo por equipos. Allí, en Christchurch, sus compañeros contaron que lo vieron en una mezquita. El diario NZ Herald anunció el mes pasado que así se convertía en el primer All Black musulmán. Luego se supo que en la gira por el Reino Unido en noviembre pasado, pidió un trato especial con comidas que estuvieran dentro de las normas halal, además de no compartir la cena, ya que su nueva religión le impide comer entre el atardecer y el amanecer durante el ramadán.
En realidad, esta historia apenas empieza. Su problema por estos días es el boxeo. Debutó en mayo de 2009, tuvo otra pelea en 2010… y no se privó de boxear en el año del Mundial. El 29 de enero pasado le ganó a Scott Lewis. Está invicto en tres combates. Pero se supo que peleó con una fractura por estrés en el pie izquierdo. Más polémica. Le apuntan a su coach, Anthony Mundine, hijo de Tony, aquel rival de Carlos Monzón en el Luna Park en 1974. Sonny desafía: “Puedo tener otra pelea si deseo este año, está en mi contrato. Pero si creo que va a poner en riesgo mi capacidad de juego con el rugby, no lo haré”. Queda tanto por decir de Sonny. Apenas lo estamos conociendo…
DATO
El letón Kaspar Kambala alternó actividades como basquetbolista y boxeador. Jugó en Real Madrid y en la selección de su país. En 2006 dio positivo y lo suspendieron por dos años. Empezó a pelear. Fue profesional y tuvo una velada en Las Vegas. Cumplida su sanción, volvió al básquet. Ahora juega en Bulgaria.
DIXIT
“En mi carrera, todo fue siempre tomar riesgos y empujar los límites. Sin el factor de riesgo me aburriría. ¿Dónde está la diversión en la vida sin correr riesgos?”
Sonny Bill Williams
Por Juan Manuel Trenado
LA NACION
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